La primera ruta por el centro histórico de Viena, el Innere Stadt, comienza en la parada de metro y de tranvías de la plaza de Suecia. Este enclave constituye un buen punto de partida para adentrarse en el corazón de la ciudad.
La estación está emplazada junto al Canal del Danubio. Conocido también como "Pequeño Danubio", fue creado entre los años 1870 y 1875 y tiene una longitud de 17 km. Uno de los puentes que lo cruza en el Marienbrucke, en cuyo centro se puede ver la estatua de Marien.
Cerca de la estación y del Canal del Danubio se encuentra la iglesia de San Ruperto, la más antigua de la ciudad. Se construyó en piedra en el siglo IX como parte de los asentamientos del interior del recinto amurallado de la ciudad romana. Fue la principal iglesia de Viena hasta finales del siglo XII.
Tras cruzar la comercial calle Rotenturms, abordamos la peatonal calle Griechen. Aquí se localiza la Griechenbeisi, una de las tabernas más antiguas y apreciadas de Viena.
La taberna Griechenbeisi se remonta al siglo XV y sirve auténtica comida austriaca. Su interior está adornado con tradicionales utensilios históricos y decoración vintage. En el edificio anexo podréis ver la llamativa fachada de la iglesia Griega.
Taberna Griechenbeisi |
Iglesia Griechen o Griega |
Una de las principales vías que conducen a la catedral de San Esteban es la calle Rotenturm. Jalonada de heladerías, bares y tiendas de regalos, en ella también podréis ver algunos edificios interesantes, como el situado en la plaza Lugeck.
Al otro lado de la calle Rotenturm dimos con el Reloj Anker, instalado en 1917 en un edificio de seguros de la plaza Hoher Markt. Diseñado por el pintor Franz Matsch, es en realidad un puente que conecta dos edificios.
El reloj es una de las atracciones del centro histórico de Viena. A cada hora en punto desfilan doce parejas de figuras que representan un símbolo de un periodo de la historia de Viena. Las veréis por el lado de la plaza Hoher Markt. No merece la pena que las grabéis, pues se mueven muy lentamente.
En el centro de la plaza Hoher Markt se alza una monumental fuente de nombre impronunciable. De hecho, en cada rincón de la ciudad, sobre todo en las plazas, veréis muchas estatuas y monumentos. Es uno de los legados que nos ha dejado esta ciudad imperial. En uno de los edificios de la plaza se encuentra la entrada a un conjunto de ruinas romanas, otro legado vienés.
Al final de la calle Rotenturm dimos con la catedral de San Esteban, de estilo gótico, la principal archidiócesis de Viena, y el principal punto de interés de esta ruta.
Situada en el corazón de la ciudad, la catedral de San Esteban es el monumento más querido de Viena y uno de los edificios góticos más hermosos de Austria. Los cimientos de la iglesia románica original se remontan a 1147, pero los restos más antiguos que se conservan son la Puerta de los Gigantes, del siglo XIII, y las torres de los Paganos.
Puerta de los Gigantes y torres Paganos |
Puerta de los Gigantes y torres Paganos |
A parte de las altas torres y de la espléndida entrada, el exterior de la Catedral también destaca por los 230.000 azulejos de colores que cubren el tejado. Todos tienen la forma del escudo de los Habsburgo.
Catedral de San Esteban |
Catedral de San Esteban |
Si rodeáis la Catedral podréis ver diversos elementos arquitectónicos adosados a la fachada o al tejado, como figuras religiosas, estelas y las famosas gárgolas, que reproden formas de dragones y animales mitológicos.
A mediados de febrero la temperatura puede descender muchos grados al ponerse el sol. Y para resguardarse, nada mejor que acceder al interior de la Catedral. La entrada es gratuita, sólo se paga si se sube en ascensor a una de las torres. No fue el caso.
Interior de la Catedral |
Interior de la Catedral |
El inteior de la Catedral destaca por su envergadura y por la belleza de sus coloridas vidrieras. Los altos pilares de la nave principal están decorados con estatuas de arcilla y piedra que datan del siglo XV. Al altar mayor no pudimos llegar por estar el acceso restringido.
Interior de la Catedral |
Interior de la Catedral |
Desde la fachada principal de la Catedral se abre El Graben, una de las calles comerciales más exclusivas de Viena, que brinda la mejor vista panorámica de la Catedral.
En sus 300 metros de longitud podréis ver tiendas de lujo, terrazas con sombrillas calefactadas y tres monumentos. El situado en el centro, el mayor, está dedicado a los fallecidos por la peste (Columna de la Peste).
Desde el paseo del Graben podréis contemplar la iglesia de San Pedro, de estilo barroco, que posee un monumental altar mayor y frescos de Michael Rottmayr.
La noche nos había atrapado mientras callejeábamos por el fabuloso casco viejo de Viena, caracterizado por su tranquilidad, por su limpieza y por la ausencia de vehículos en la céntrica y peatonal calle Karntner o en la plaza Neuer Markt, presidida por la bonita Fuente de Donner.
En la plaza Neuer Markt se encuentra la iglesia de los Capuchinos, que acoge la Cripta Imperial de Viena. El monasterio fue fundado en 1618 para dar sepultura a la familia de los Habsburgo. El acceso a la iglesia es gratuito pero la entrada a la cripta cuesta 8€ (precio de 2024).
La Viena Card es la tarjeta que os permite viajar en el transporte público de Viena. Puede ser de 24 horas (17€), 48 horas (25€) o 72 horas (29€). Comienza a funcionar a partir del momento en que la validáis en el metro, en una estación de tren o en el interior de un tranvía. Importante: el niño que acompaña a un adulto portador de la tarjeta viaja gratis.
La Viena Card se puede adquirir en la oficina de turismo del aeropuerto; incluye todos los transportes públicos de Viena salvo el tren del aeropuerto, donde deberéis pagar un suplemento de 2€ por adulto y 1€ los niños.
Con la Viena Card obtendréis descuentos en la Noria Gigante, en la iglesia de San Carlos, en el Palacio Hofburg, tanto en los Apartamentos Imperiales de Sisí como en la Biblioteca Nacional, y en otros museos. Eso sí, tened presente que el Palacio Schönbrunn, el más caro de Viena, no tiene descuentos.