Esta ruta, la octava, transcurre por el corazón de Viena, el Innere Stadt. Comienza en la plaza de Suecia, junto al Canal del Danubio. Aquí convergen varias líneas de tranvía y metro.
Desde el Puente de Suecia, junto a la parada de barcos que une Viena con Bratislava, veréis un tramo del Canal del Danubio, con los puestos de venta cerrados por hallarnos en pleno invierno. A mí no me gustó lo que vi.
Penetramos en el centro histórico por la calle Post, y en unos minutos nos situamos a la altura de la iglesia de los Dominicos, consagrada en 1634. El templo es conocido popularmente como la "Rotonda de Santa María".
El exterior de la iglesia es de líneas muy rectas, no llama mucho la atención de los turistas. Sin embargo, vale la pena acceder a su interior para admirar los detalles barrocos.
Frente a la iglesia de los Dominicos se halla Alte Universitat, la antigua universidad de Viena. La entrada es gratuita. En la calle Bäker veréis dos altos arcos que unen dos edificios de la vieja escuela.
La calle Bäker nos condujo a la plaza que acoge la iglesia de los Jesuitas, construida entre 1627 y 1631, y reformada en 1705 por Andrea Pozzo, quien acentuó su carácter barroco italiano. La fachada no es especialmente bonita, en la plaza destaca más la Academia Austriaca de Ciencias, inaugurada en 1847.
Me gustó mucho el interior de la iglesia de los Jesuitas, una única nave con capillas laterales añadidas por Pozzo. En cuanto a la ornamentación, cabe destacar el retablo, el altar mayor y los frescos de la cúpula.
Iglesia de los Jesuitas |
Iglesia de los Jesuitas |
La siguiente parada en la ruta por el centro histórico es en Domgasse, estrecha calle situada por detrás de la Catedral, que acoge la Casa de Mozart. El compositor la habitó entre 1784 y 1787, y en la actualidad, convertida en museo, se puede visitar por el módico precio de 14€ (10€ los niños). Nosotros decidimos no entrar.
En la plaza de la Catedral completamos la mitad de este interesante circuito. Habíamos visto el interior de la Catedral tres días atrás, así que esa mañana nos decicamos a admirar su belleza exterior. Tuvimos la suerte de que el cielo estuviera despejado.
Catedral de San Esteban |
Catedral de San Esteban |
Para encuadrar la Catedral con la cámara del móvil, se aconseja situarse al inicio de la calle Graben. Tendréis al completo la fachada, los azulejos del tejado y las altas torres. Eso sí, no os libraréis de la marabunta que suele frecuentar la plaza a todas horas.
Las tiendas más elegantes de Viena se localizan en El Graben y en las calles de su alrededor. Este amplio paseo peatonal acoge terrazas exclusivas y tres monumentos.
El monumento más fotografiado, situado en el centro del Graben, es la Columna de la Peste, levantada a finales del siglo XVIII como homenaje a las víctimas de la peste.
La ruta continúa hacia la hermosa plaza de Miguel Ángel. Aquí se encuentra la entrada al Museo Sisí y a la Escuela Española de Equitación, edificios ambos pertenecientes al Hofburg, que ya visitamos con anterioridad.
Interesantes edificios rodean la plaza de Miguel Ángel. Uno de ellos es la iglesia de San Miguel, caracterizada por su enorme cripta, por sus frescos del siglo XI y por la aguja del campanario.
Y si os acercáis al centro de la plaza podréis contemplar interesantes ruinas de origen romano pertenecientes a Vindobona. Son apenas unos metros cuadrados, pero están bien conservados y perimetrados.
De la plaza de Miguel Ángel parte la aristocrática calle Herren, salpicada de palacios y casas señoriales. Conviene caminar por ella pausadamente, admirando las magníficas fachadas de edificios como el Altes Landhaus, el Palacio Niederösterreich (Baja Austria), el Palacio Mollard-Clary o la Biblioteca Nacional de Austria, que alberga el Museo del Globo Terráqueo (único a nivel mundial).
En la parte intermedia de la calle Herren, frente al Palacio Niederösterreich (de la Baja Austria), veréis la robusta fachada del Palacio Ferstel.
Construido entre 1855 y 1860, este gran palacio albergaba una bolsa de valores del Banco Nacional. Actualmente acoge el prestigioso Café Central, abierto en 1876 —la primera cafetería que se abrió en Viena—.
La ruta concluye en Freyung, una de las plazas más grandes y famosas de Viena. Es conocida por sus mercados, especialmente el de Pascua y el mercadillo navideño, y por sus curiosos edificios.
En un lateral de la plaza se encuentra el Palacio Daun-Kinsky, construido entre 1713 y 1716, y en el centro podréis ver la Fuente de Austria, diseñada en 1844.
La plaza Freyung está presidida por la hermosa Schottenkirche, una iglesia fundada por monjes benedictinos irlandeses en el siglo XII. El nombre alemán Schotten viene del latín, que es el término para denominar a Irlanda. Los edificios que rodean la iglesia, actualmente siguen habitados por monjes benedictinos.
La Viena Card es la tarjeta que os permite viajar en el transporte público de Viena. Puede ser de 24 horas (17€), 48 horas (25€) o 72 horas (29€). Comienza a funcionar a partir del momento en que la validáis en el metro, en una estación de tren o en el interior de un tranvía. Importante: el niño que acompaña a un adulto portador de la tarjeta viaja gratis.
La Viena Card se puede adquirir en la oficina de turismo del aeropuerto; incluye todos los transportes públicos de Viena salvo el tren del aeropuerto, donde deberéis pagar un suplemento de 2€ por adulto y 1€ los niños.
Con la Viena Card obtendréis descuentos en la Noria Gigante, en la iglesia de San Carlos, en el Palacio Hofburg, tanto en los Apartamentos Imperiales de Sisí como en la Biblioteca Nacional, y en otros museos. Eso sí, tened presente que el Palacio Schönbrunn, el más caro de Viena, no tiene descuentos.