Puerto de Kerkyra

• Corfú es la mayor de las islas Jónicas, conocidas también como Heptaniasas.
• El barco que cubría la ruta entre Brindisi (Italia) y Patras (Grecia) realizaba escala en Corfú a primera hora de la mañana.
• Con Interrail, en este crucero sólo pagabas el derecho de embarque (un precio muy económico).
• Lo normal es que no os dejen dormir en el interior del barco; nosotros, gracias a la final del Mundial de fútbol, pudimos pernoctar en cómodas butacas.
• Alquilad una moto o una bici y recorred la isla en busca de rincones paradisíacos.
• Si vais a la playa de Paleokastritsa, alquilad mejor una moto.
• En el sur de la península de Kanoni tenéis el monasterio de Vlaherna, un lugar hermoso y tranquilo.

Habíamos zarpado de Brindisi, en Italia, al caer la noche, rumbo a Patras, en Grecia. Vimos la final del mundial de fútbol a bordo y a medianoche nos fuimos a dormir a la sala común de butacas. Con las primeras luces del alba anunciaron por megafonía la llegada al puerto de Kerkyra, en la isla griega de Corfú. Decidimos abandonar el barco y visitar la isla.

Atracando en Kerkyra, Corfú

Desde la proa del barco vimos la maniobra de atraque en el puerto de Kerkyra. La capital de Corfú me impresionó por sus fortalezas, una de ellas era Lofos Avrami y su recinto amurallado, que actualmente acoge la universidad Jónica de Corfú.

Atracando en Kerkyra, Corfú

Podíamos haber visitado la capital de la isla con calma, para hacernos una idea de dónde estábamos. Pero no, después de desayunar y cambiar divisas (pesetas por dracmas), decidimos alquilar unas bicicletas en el mismo puerto.

Nueva Fortaleza Veneciana

Y montados sobre dos ruedas, enfilamos raudos hacia la Ciudad Vieja de Kerkyra, la capital de Corfú. Recorrimos las estrechas calles peatonales del centro, admirando algunos edificios y monumentos históricos, como la muralla, el Ayuntamiento o los palacios de San Miguel y San Jorge.

Centro de Kerkyra

También visitamos el interior de la Agios Spiridonas bella iglesia anglicana culminada por una interesante torre-campanario. El templo acoge la tumba del patrón de Corfú, San Espiridón.

Iglesia Agios Spiridonas. Kerkyra

Rodeando las murallas dimos con la Spianada, una gigantesca explanada verde situada en la parte alta de la ciudad, sobre imponentes acantilados. Aquí se encuentra la Vieja Fortaleza Veneciana, un sólido bastión construido siglos atrás sobre un promontorio rocoso rodeado por el mar, que se utilizó para defender la ciudad en múltiples ocasiones.

Vieja Fortaleza Veneciana desde la Spianada. Kerkyra

Al sur de Kerkyra se extiende la península de Kanoni. Una carretera sin apenas desniveles la rodea para goce y deleite de aquellos que, como nosotros, la recorrimos en bicicleta. En la punta meridional de la península vimos el monasterio de Vlaherna, uno de los símbolos de Corfú.

Monasterio de Vlaherna

El monasterio de Vlaherna se encuentra al sur de la península, en un pequeño islote unido a tierra firme mediante una estrecha y larga pasarela. Su interior aloja una diminuta capilla, y habria supuesto un remanso de paz de no ser por el enjambre de turistas que se presentó en el lugar siguiendo los pasos de un locuaz guía.

Monasterio de Vlaherna

24 kilómetros separan Kerkyra de Paleokastritsa. La carretera atraviesa la isla de este a oeste, cruzando el perfil montañoso del centro, detalle con el que no contábamos cuando iniciamos la marcha. La subida fue dura, pero la acometimos con ilusión y buen humor, sabedores de que al concluir el descenso nos aguardaría un reponedor baño en alguna playita.

Playa Agios Petros. Paleokastritsa

No nos detuvimos en Agios Spiridon, la primera playa que apareció en Paleokastritsa a mano izquierda; continuamos hasta alcanzar el final de la carretera, un hermoso lugar reservado a la playa Agios Petros. Allí encontramos lo que buscábamos, una cala de guijarros de aguas cristalinas rodeada de pinares. Era un lugar maravilloso, ajeno al bullicio y al ajetreo de otras playas de la isla.

Playa Agios Petros. Paleokastritsa

Estuvimos dos días en Corfú, el último dedicado por completo a Kerkyra, la capital. Como me había quemado la espalda no pude tomar más baños en la playa. La primera noche estuvimos en el albergue juvenil de Kontokali y la segunda la pasamos en el puerto de Kerkyra, tumbados en el suelo, esperando la llegada del barco que debía llevarnos a Patras, principal ciudad del Peloponeso griego.

Crucero Corfú-Patras

El crucero por el mar Egeo fue como la seda. Navegamos junto a las islas de Cefalonia, Ítaca y Lefcada, en compañía de jóvenes turistas provenientes de media Europa. Todos queríamos alcanzar Atenas antes de que cayera la noche. Por lo pronto atracamos en el puerto de Patras a las tres de la tarde, desconocedores de lo que nos aguardaba por delante en la caótica línea ferroviaria del Peloponeso.

Llegamos a Patras