El Duomo en obras |
El avión procedente de Barcelona aterrizó en el aeropuerto milánes a mediodía. Un autobús de línea nos condujo hasta la estación Central de Milán en algo más de media hora. Almorzamos en un restaurante y luego dejamos el equipaje en el hotel Gonzaga, un tres estrellas situado a pocos metros de la estación.
Regresamos a la estación Central para tomar nota de los horarios de los trenes de cara a las excursiones de los siguientes días y a continuación partimos a pie por la Via Vittor Pisani hacia la plaza de la Catedral, principal objetivo de todo viajero que visita la capital lombarda.
Tardamos quince minutos en llegar a la Porta Nuova, lugar vanguardista de Milán en términos de arquitectura y diseño. Se puede decir que a partir de este punto comienza el núcleo histórico.
A mano izquierda, por la plaza de la República, penetramos en el Jardín Público Indro Montanelli, un extenso y cuidado pulmón verde que recorrimos de norte a sur, hasta la plaza Cavour.
Desde la plaza de Cavour, caminando por la interminable avenida Alessandro Manzoni, alcanzamos la plaza de la Scala, llamada así en honor al Teatro de la Scala. En el centro de la plaza se encuentra el monumento dedicado a Leonardo da Vinci.
El Teatro de la Scala es uno de los más imponentes del mundo. Abrió sus puertas por primera vez en 1778 y, sobre todo, destaca por su imponente fachada.
Entre las plazas de la Scala y Fedele se levantan algunos edificios y palacios de interés, caso del Palazzo Marino y las Casas Manzoni y de los Omenoni. Aquí también se encuentra una de las entradas a la Galería Vittorio Emanuele II.
Inaugurada en 1877, la Galería Vittorio Emanuele II, también conocida como "El Salón de Milán", es una galería comercial diseñada en el siglo XIX.
El interior de la Galería está repleto de elegantes tiendas, cafés y restaurantes. Se respira mucho glamur cuando caminas por sus cuidados pasillos cubiertos por una bóveda de cristal.
Al otro lado de la galería fuimos a parar a la plaza del Duomo. Ubicada en el corazón neurálgico de Milán, la plaza congrega siempre a una multitud de turistas y autóctonos.
La plaza está rodeada de edificios singulares como el Palacio Real, la Galería Vittorio Emanuele II o la Catedral o Duomo, cuyo exterior destaca por su fachada coronada con agujas.
Plaza del Duomo |
Fachada exterior del Duomo |
La Catedral de Milán, de estilo gótico, fue iniciada en el siglo XIV y finalizada 500 años después. La había visto en obras en agosto de 2002, en mi primera visita a la ciudad, e imaginé que ya habrían concluido. Pero me equivoqué.
Ese año, una lona con la imagen de la propia catedral cubría la parte inferior de la fachada, preservando de miradas ajenas la restauración que se llevaba a cabo.
El interior del Duomo destaca por sus grandes dimensiones. Con sus 157 metros de longitud, 11.700 metros cuadrados y espacio para más de 40.000 personas, es una de las catedrales católicas más grandes del mundo.
El interior presenta un aspecto estilizado y amplio gracias a las largas columnas de mármol con estatuas talladas que llegan hasta el techo. Entre las columnas veréis colgados grandes cuadros que representan diferentes escenas religiosas, y también encontraréis los esqueletos de diferentes santos ataviados con sus mejores galas.
Escapamos del Duomo y de la concurrida plaza por la Vía Mercanti y, a partir de la plaza Cordusio, por la peatonal Vía Dante, arteria jalonada de tiendas de ropa y floristerías que concluye a las puertas del castillo Sforzesco, concretamente en la Torre de Filarete.
La visita vespertina al centro histórico de Milán concluyó en el castillo Sforzesco, un palacio renacentista de planta cuadrada provisto de patio interior, foso y altas murallas.
El castillo Sforzesco fue construido como fortaleza durante el siglo XIV y es uno de los monumentos más emblemáticos de Milán. En la actualidad alberga algunos de los mejores museos. Era tarde para entrar al castillo y a los museos, así que nos contentamos con rodear el foso para admirar la recia fachada.
Cabe mencionar que Napoleón ordenó la demolición del castillo y, en 1801, se abatieron las torres laterales y los bastiones españoles. La restauración fue finalizada en 1905 con la inauguración de la Torre de Filarete y el Parque Sempione, construido donde se encontraba la vieja plaza de armas.
Una torre del castillo |
Otra torre del castillo |