El Gran Canal desde el Puente de Rialto |
Los trenes italianos son muy eficientes y rápidos. Son muchos los convoyes que unen las principales ciudades a primera hora de la mañana. Milán y Venecia, por ejemplo, están unidas por ferrocarril y, de media, se tarda tres horas en cubrir el trayecto.
La perfecta ubicación del hotel Gonzaga, junto a la milanesa estación Centrale, propició que tras tomar el delicioso desayuno, partiéramos de Milán en el tren de las ocho. Tres horas más tarde ya estábamos cruzando el puente de la Libertad.
El puente de la Libertad cruza la laguna de Venecia entre Mestre y el centro histórico de Venecia. Es la pasarela roja que da acceso a la ciudad de los canales, y las ventanas del tren se convierten en un privilegiado mirador.
Santa Lucía es la principal entrada a Venecia por tierra. La estación, como ocurre con todos los edificios de la ciudad, está sustentada sobre pilotes de madera, en este caso, por centenares de ellos. Cuando sales al exterior, el primer contacto con la ciudad no os dejará indiferentes.
Cerca de la estación se encuentra el puente Scalzi (de los Descalzos), el primero de los cuatro puentes que cruza el Gran Canal veneciano.
Vale la pena auparse al puente para contemplar Venecia en su salsa, con sus barcas-taxi, barcas de recreo, el vaporetto (considerado como el "autobús" del Gran Canal), barcazas de carga, etc.
A partir del puente de los Descalzos nos movimos a pie por el entramado de calles que conforman el barrio de Cannaregio, con el Gran Canal a nuestra derecha.
Cruzamos el Río de Cannaregio por el puente Guglie, que nos brindó una buena panorámica de este canal y de la abarrotada calle de San Leonardo, que abordaríamos en breve.
Avanzamos por San Leonardo en paralelo al Gran Canal, asomándonos a pequeños canales o ríos, como el de San Forca, y admirando plazas con encanto, como la del Campo de la Maddalena, con su iglesia del mismo nombre.
Más adelante pasamos por pequeños puentes que sorteaban estrechos canales que se fundían con el Gran Canal, como el Río de Noale, con el palacio de Ca' Pesaro al fondo, o el Río de San Felice, atravesado por sencillos puentes como el de Ubaldo Belli.
Río Noale. Palacio Ca' Pesaro al fondo |
Río San Felice y puente Ubaldo Belli |
De vez en cuando, vale la pena escapar del entramado de calles para asomarse al Gran Canal. De esta forma veréis algunos palacetes centenarios, como el palacio de Ca' d'Or, del siglo XV, que acoge un Museo de Arte y la (Galería Giorgio Franchetti).
Cerca del palacio Ca' d'Or, concretamente desde la parada del Ferrovía, podréis ver, en la orilla opuesta del Gran Canal, la Pesquería, el Gran mercado de Pescado de Venecia.
Tras completar la primera curva del Gran Canal alcanzamos el Puente de Rialto, construido en 1591, el más famoso de la ciudad.
El puente, caracterizado por sus arcos de medio punto, está situado en el corazón comercial de la ciudad. Es uno de los puntos más concurridos y frecuentados, tanto por agua como por tierra.
Recomiendo que os asoméis a la parte más alta del puente para observar la actividad en el Gran Canal. Aunque, debido a la muchedumbre que lo cruza a todas horas, entre autóctonos y foráneos, puede resultar una odisea.