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 Calle Ferraz. Anciles |
- Distancia: 1,8 kilómetros (ida).
- Desnivel: Prácticamente llano.
- Tiempo empleado: Media hora (ida), con niños y realizando múltiples paradas.
- Lo mejor:
- Contemplar el pico Cerler nevado desde la carretera.
- Pasear por Anciles, entre viejas casonas.
- Las praderas que jalonan el camino. - Lo peor:
- De regreso a Benasque nos sorprendió la noche.
La carretera que une Benasque con Anciles parte de la carretera de Francia; un cartel indicativo a la altura del paseo de Anciles así lo indica.
Paseo de Anciles. Inicio de la ruta
Tras dejar atrás los últimos bloques de viviendas escucharemos, por el flanco derecho, el rumor de las aguas del río Ésera, cauce que no llegaremos a ver.
Salimos de Benasque
Más adelante, una vez superado el cuartel de la Guardia Civil, caminaremos junto a verdes praderas, a la sombra del imponente pico Cerler/Sarllé (2.406 metros), con su cima en forma de perfecta pirámide cubierta de nieve.
Avistamos el pico Cerler
En otoño, las nieves suelen cubrir las altas cimas que rodean Benasque y el bosque adquiere los colores amarillos y rojizos típicos de esta estación. Merece la pena detenerse por el camino para contemplar el bello paisaje.
El bosque en otoño
Hacia la mitad del recorrido alcanzamos el puente sobre el barranco Remasagró, cuyas agitadas aguas procedentes de Cerler se unen al Ésera unos metros más abajo.
Barranco Remasagró
Barranco Remasagró
Superado el puente, a mano izquierda, aparecieron varios rebaños de vacas, que llamaron la atención de los más pequeños.
Vacas en el camino
Al final de la carretera veréis a vuestra izquierda una hermosa pradera, que por esas fechas lucía un verde eléctrico; detrás de ella, como magnífico telón de fondo, volvió a aparecer el pico Cerler; y frente a nosotros la sierra de Chía también exhibía un manto de nieve.
La pradera verde
Sierra de Chía
Transcurrida media hora de agradable marcha llegamos a Anciles, (Ansils en lengua local), pequeña aldea dependiente de Benasque que representa un conjunto de casas señoriales muy bien conservadas.
Llegamos a Anciles
Entramos en el pueblo
Anciles es uno de los pueblos más bonitos de la Ribagorza. Caminando tranquilamente por sus calles empedradas nos daremos cuenta de la riqueza arquitectónica que atesora. Sus grandes casonas de fachadas robustas, de los siglos XVI y XVII, os dejarán impresionados.
Arquitectura popular de Anciles
Casa Barrau. Calle Ferraz. Anciles
Las casas solariegas de Anciles, con sus grandes portones y blasones, son el mejor ejemplo de arquitectura popular pirenaica. Y entre ellas destaca Casa Barrau.
 Casa Barrau. Anciles |
 Casa Barrau. Anciles |
Casa Barrau. Anciles
Anciles presenta un conjunto de casas señoriales muy bien conservadas tanto interior como exteriormente. Aparte de Casa Barrau, cabe destacar la Casa Suprián, Casa Sort, Casa Sastre o la Casa Sebastián, con su portal.
Casa Sastre. Anciles
Casa Sastre. Anciles
En el centro de Anciles encontraréis la iglesia de San Pedro. Su origen es románico y, gracias a las múltiples rehabilitaciones, se conserva en perfecto estado. El interior, que permanece casi siempre cerrado, se puede ver desde fuera a través de un ventanal.
 Igleisa de San Pedro. Anciles |
 Igleisa de San Pedro. Anciles |
