Arasán |
La carretera del Solano comienza a las afueras de Castejón de Sos y parte de la N-260 (ruta transpirenaica). En la parte alta debéis tomar el desvío a la derecha que conduce a Arasán, y durante un par de kilómetros avanzaréis entre un frondoso bosque.
Arasán se encuentra a 1.240 metros de altitud, rodeado de un pintoresco paisaje a los pies del monte Gallinero, un coloso de 2.728 metros. Su población estable es de unas 50 personas.
Los edificios más antiguos de Arasán son del siglo XVI y XVII, casas-patio con portadas doveladas de medio punto y jambas y dinteles bien trabajados, como Casa Chuliá, Casa Agustí o Casa Castán.
Casa Chuliá. Arasán |
Casa Agustí. Arasán |
El templo parroquial de la Asunción, de estilo románico originariamente, se fue transformado con el paso de los siglos. La torre es del siglo XVI y del interior cabe destacar una hermosa talla de Cristo crucificado de tamaño natural, muy venerado en la comarca.
En Arasán podréis alojaros en algunas casas rurales. Antiguamente había un restaurante-asador y de lo que sí puede presumir actualmente es de fuentes y pilones; llegué a contar tres mientras recorríamos su principal calle.
Unos tres kilómetros, por una estrechísima carretera local (asfaltada y en buen estado), separan Arasán de Urmella. Durante el trayecto nos cayó una fuerte nevada, y fuimos testigos de la transformación del bosque, del otoño al crudo invierno en pocos minutos.
Urmella se encuentra a unos 1.250 metros de altitud, en el barranco de Urmella, al cual le da nombre, en las últimas estribaciones del Pico Gallinero y en las faldas de la Tuca de Urmella.
Urmella recibe gran cantidad de sol por su emplazamiento solano en una ladera, razón por la cual forma parte de la llamada "ruta del Solano". Pero ese día nos tocó bailar con la "ruta del Nevado".
A la entrada del pueblo, junto a una vaquería, veréis el camino que sube hasta los restos del monasterio medieval de los santos Justo y Pastor, del siglo X.
La obra original del monasterio corresponde a una iglesia románico-lombarda, de corte basilical y rematada en tres ábsides semicirculares.
En 1613 se lleva a cabo una profunda remodelación del monasterio, reorientando la cabecera al oeste, suprimiendo el ábside central y abriendo en su lugar la puerta de entrada con pórtico (cuyo interior alberga una lápida con inscripción) bajo torre de campanas y rematado en frontón triangular con bolas en los extremos.