El Real Sitio de San Ildefonso se encuentra a siete kilómetros de Segovia, en la cara norte de la sierra de Guadarrama. Desde Segovia se llega en un santiamén por la CL-601, carretera que atraviesa la citada sierra por el puerto de Navacerrada.
La entrada al recinto incluía la visita al Palacio Real y a los jardines. Comenzamos la visita por el Palacio de la Granja, un sobrio edificio aristocrático mandado construir por el rey Felipe V de España entre 1719 y 1723, a imitación del de Versalles.
La visita al interior del palacio fue guiada. Ya nos lo advirtieron a todos: "está prohibido hacer fotos". Aun así, me las ingenié para tomar algunas instatáneas. La primera, desde la habitación del Rey, fue para tomar una panorámica de la Fuente de la Cascada Nueva.
El interior del Palacio es profundamente barroco con hermosos frescos en los techos y molduras de madera policromada en oro. También destacan las impresionantes lámparas de vidrio fabricadas en la Real Fábrica de Cristales de La Granja.
Diseminadas por los jardines se encuentran 21 fuentes con más de 300 surtidores de agua. Todas están inspiradas en la mitología clásica, incluyendo deidades, alegorías y escenas mitológicas. Las fuentes se construyeron en plomo para prevenir la corrosión, aunque pintadas a imitación de bronce para ennoblecerlas, al igual que en Versalles.
La fuente de la Selva está situada al este del palacio sobre una explanada en declive. Está formada por un estanque de forma ovalada, dividido a su vez en cuatro subestanques, sobre los cuales discurre el agua en forma de cascada. En la parte alta del estanque una gran cabeza de anciano que representa al río Duero arroja un fuerte chorro de agua. Una pena que no funcionara.
La Cascada Nueva, obra del escultor francés Jean Thierry, está situada enfrente del palacio. La había visto desde la habitación del Rey, y consiste en una gran escalera de mármol por la que cae el agua desde la parte superior.
En el centro del estanque, sobre un alto peñasco, veréis la fuente de Adrómeda. La escultura aparece medio desnuda, fuertemente encadenada a las rocas, mientras unos geniecillos intentan liberarla.
Con una extensión de 146 hectáreas, los jardines rodean el palacio y son uno de los mejores ejemplos del diseño de jardines de la Europa del siglo XVIII.
El mes de mayo, con una suave temperatura, resultó ideal para recorrer a pie los amplios paseos jalonados de suntuosos jardines y numerosos estanques repletos de fuentes. De hecho, el agua es el principal elemento que armoniza todo el conjunto palaciego. Fue una pena que la mayoría de las fuentes no funcionaran.
Tras la placentera visita al palacio de La Granja, partimos hacia la Comunidad de Madrid por la CL-601, en busca del castillo de Manzanares el Real.
A las afueras del pueblo, sobre una colina que domina el río Manzanares y la llanura sobre la que se extiende el embalse de Santillana, se encuentra el castillo de Manzanares el Real o de los Mendoza. Estuvimos unos minutos observando esta bella construcción lavantada en el siglo XV.