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![]() Playa de Aigües Blanques |
Esta ruta en coche comenzó en Cala Llonga, al este de Ibiza. Nos dirigimos al norte de la isla y, tras pasar por las localidades de Santa Eulalia del Río y Sant Carles de Peralta, nos detuvimos en el mercado hippy de las Dalias, el más famoso y tradicional de Ibiza.
Entrar en Las Dalias es como abordar un zoco árabe. En el interior nos movimos por entre un laberinto de calles jalonadas por decenas de puestos de ropa y bisutería. En algunos puntos no podíamos caminar de tanta gente que había.
Fundado en 1954, este mercado hippy es un referente de la cultura alternativa en Ibiza. Tiene más de 300 puestos con ropa, joyería, decoración, incienso, arte y productos artesanales. Es un lugar perfecto para encontrar souvenirs únicos y piezas de diseño exclusivo.
En el mercadillo hay actuaciones de música en directo, desde reggae y flamenco hasta ritmos electrónicos relajados. DJ's y artistas internacionales actúan en eventos especiales.
Reanudamos la marcha en dirección a la playa de Aigües Blanques, o Aguas Blancas (en castellano). Perteneciente a Sant Carles de Peralta. se trata de una playa larga, expuesta al viento del este y protegida por grandes acantilados, lo que le da un aspecto algo salvaje.
De Aigües Blanques nos gustó su arena fina y sus aguas limpias. Lo que no agradó tanto fue la urticante medusa que rondaba la orilla, y que acabó picando al bueno de mi cuñado.
A través de una estrecha carretera que serpentea por un paisaje de media montaña, muy arbolado y agreste, fuimos a parar a Sant Joan de Labritja, o San Juan Bautista (en castellano). Suyas son las playas de la costa norte.
Y a siete kilómetros al norte de Sant Joan, en la punta más septentrional de Ibiza, alcanzamos Portinatx, la playa que habíamos elegido para mover el bigote.
Almorzamos una rica paella en en la terraza del restaurante Ca's Mallorquí (actual hotel Los Enamorados). El lugar era fabuloso, con vistas privilegiadas a la cala.
Tras la deliciosa comida, nos desplazamos unos metros hacia el sur, hasta alcanzar la playa de Portinatx, una de las más encantadoras de Ibiza.
Esta playa de arena blanca y fina es muy tranquila y nada masificada. Sus aguas son poco profundas y sin mucho oleaje, ya que se encuentran protegidas por una estrecha bahía. Es ideal para familias con niños.
A media tarde marchamos a la cercarna Playa de Benirràs, a tiempo de darnos el último baño de la jornada. La playa, de arena con pequeños guijarros, era accesible sin escarpines. Además, tuvimos la suerte de estar prácticamente solos, sin otros bañistas.
Orientada hacia el oeste, la pequeña cala nos brindó un fabuloso atardecer. El lugar está asociado a los hippies y sus famosos tambores.
La isla de Ibiza, que junto con Formentera y otras islas menores forma parte de las Pitiusas, es la más meridional de las Baleares. La imagen que tenía de ella: fiesta, lujo ostentoso y mucho desfase, nada tiene que ver con la realidad que yo me encontré. Si buscáis playas exquisitas, turismo interior y tranquilidad, Ibiza es el lugar perfecto para pasar unos días de asueto.
TOPÓNIMO DE PITIUSASEl hotel Cala Llonga, situado en la playa homónima, resultó ideal para alojarnos ya que se encuentra en la mitad de la isla. Nos hospedamos en régimen de media pensión (desayuno y cena), lo que nos permitió movernos por la isla a nuestro antojo.
Cala Llonga no es de las mejores playas de Ibiza. En sus aguas flotaba porquería y pequeñas manchas de aceite. El motivo a esta suciedad se debe al cercano hotel y al barco que cubre la ruta entre Santa Eulària e Ibiza, que tiene parada en un pequeño muelle.