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![]() Cala Vedella |
La segunda jornada en Ibiza transcurre en la costa suroeste, perteneciente a Sant Josep de sa Talaia. Iniciamos la ruta de buena mañana, acercándonos a la Playa Comte. La claridad y transparencia de sus aguas azul turquesa la convierten en un lugar predilecto para la práctica de actividades acuáticas como el snorkel y la natación.
Rodeadas por acantilados rocosos, las playas de Comte se caracterizan por su arena fina y dorada, que se complementa con una pequeña cala adicional situada en uno de sus extremos. A esta cala se puede acceder únicamente a través de escalones tallados en la roca.
La playa es conocida por sus condiciones seguras para el baño, siendo especialmente amigable para los niños debido a sus aguas poco profundas y tranquilas.
Por cierto, agazapados entre las paredes rocosas de esta hermosa cala, encontraréis bares con encanto, de esos que tanto gustan en Ibiza, repletos de cojines, con música chill out de fondo y precios prohibitivos.
Aparte de estos bares con encanto, en los alrededores de Cala Comte hay tres restaurantes adicionales a los que se puede acceder a pie.
A la hora de almorzar, evitamos los altos precios de los complejos hoteleros de la costa y nos dirigimos a Sant Josep de Sa Talaia, pueblo de casas blancas que cuenta con una bonita iglesia y con restaurantes con precios más asequibles.
De regreso a la costa, quisimos probar los encantos de Cala Vedella, una de esas playas ibicencas donde el bosque parece abrazar a la arena.
Rodeada por un hermoso entorno natural, la Cala Vedella es de fácil acceso. Sus aguas de color turquesa nos cautivaron a todos. En esta zona, los fondos marinos son espectaculares, con cuevas y bancos de peces.
A media tarde, regresamos al interior de la isla para realizar una excursión al margen del agua. Cerca de Sant Josep se encuentra el monte Talaiassa, de 476 metros de altitud, el más alto de Ibiza.
Una estrecha carretera nos condujo hasta la cima. Desde arriba, en ese día despejado, contemplamos una maravillosa vista panorámica de la isla.
Otra playa del oeste que recomiendo visitar es Cala d'Hort, de arena fina rodeada de grandes guijarros. En determinadas fechas es complicado plantar la toalla debido a la multitud que la abarrota.
Frente a la playa se alza el impresionante islote rocoso de Es Vedrà, de 385 metros de altitud. Su visión no deja a nadie indiferente.
A última hora de la tarde, antes de regresar a Cala Llonga, aún tuvimos tiempo de saborear dos nuevas playas de Sant Josep: Es Cavallet y Ses Salines.
Y la primera fue Es Cavallet, cala frecuentada por famosillos que devoran mojitos apoltronados en los típicos sillones chill out. De arena blanca y fina, esta playa suele tener buenas olas, debido en parte al canal que la separa de la cercana Formentera.
Y un poquito más al sur, tras sudar la gota gorda durante varios minutos en busca de aparcamiento, nos plantamos en Ses Salines, otra playa frecuentada por los famosos y aspirantes.
Si os gusta el balompié y os dejáis ver por esta playa en junio, encontraréis algún que otro futbolista haciendo uso de los sillones chill out. Integrada en un parque natural cuajado de bosques y fauna local, toda la zona es apta para dar buenos paseos a pie.
La isla de Ibiza, que junto con Formentera y otras islas menores forma parte de las Pitiusas, es la más meridional de las Baleares. La imagen que tenía de ella: fiesta, lujo ostentoso y mucho desfase, nada tiene que ver con la realidad que yo me encontré. Si buscáis playas exquisitas, turismo interior y tranquilidad, Ibiza es el lugar perfecto para pasar unos días de asueto.
TOPÓNIMO DE PITIUSASEl hotel Cala Llonga, situado en la playa homónima, resultó ideal para alojarnos ya que se encuentra en la mitad de la isla. Nos hospedamos en régimen de media pensión (desayuno y cena), lo que nos permitió movernos por la isla a nuestro antojo.
Cala Llonga no es de las mejores playas de Ibiza. En sus aguas flotaba porquería y pequeñas manchas de aceite. El motivo a esta suciedad se debe al cercano hotel y al barco que cubre la ruta entre Santa Eulària e Ibiza, que tiene parada en un pequeño muelle.