Tras superar el nevado puerto de la Palombera, descendimos por su cara norte, al encuentro del río Saja. La carretera se retuerce cosa mala, con curvas muy cerradas que se abren paso entre importantes masas forestales de hayedos y robledales. Estamos en la parte alta del Parque Natural Saja-Besaya.
En la parte baja del puerto de la Palombera, nos desviamos del valle del río Saja y tomamos el desvío, de 10 km, que nos condujo, por una estrecha carretera (CA-817), hasta Bárcena Mayor, nuestro objetivo para esa fría tarde.
Pese a tener menos de cien habitantes, Bárcena Mayor es el pueblo más importante de estos valles. Está declarado conjunto histórico-artístico desde 1979 por sus casas de arquitectura tradicional, lo que le ha servido para formar parte de la lista de los pueblos más bonitos de España.
Bárcena Mayor es uno de los pueblos más antiguos de Cantabria. Se sabe que en el siglo XII contaba con un hospital para atender a los enfermos que hacían la ruta por las montañas en dirección a Castilla.
El tipo de casa más característico en la aldea responde al modelo de casa montañesa de hábitat rural. Son construcciones de dos plantas, con soportal en la planta baja, donde aparecen la puerta de entrada a la cuadra y una escalera de madera que sube hasta la vivienda.
![]() Casa del Barrio del Puente |
![]() Casa con solana en la esquina |
Cuando se trata de casas nobiliarias, arcos de sillería preceden al soportal. En otros casos las fachadas principales se cierran con portones que están calados en la parte superior para permitir la ventilación y la iluminación del interior.
Las casas se levantan en torno a la iglesia de Santa María, construida en el siglo XVII. Luce ábside, dos naves de dos tramos, torre a los pies y un retablo dedicado a la Inmaculada.
Recorrimos las empedradas calles del pueblo admirando su arquitectura serrana, bajo un frío acusado, que se hizo más intenso conforme nos acercábamos al cauce del río Argoza.
Un paseo por Bárcena Mayor ofrece al visitante la oportunidad de reconocer algunos de los valores más característicos de la cultura popular montañesa, y muchos de los rincones con más arraigado sabor rural.
Finalmente, tras completar todas las excursiones que nos habíamos propuesto ese día, alcanzamos la casa rural Seldelhaya, en Bustablado, pedanía perteneciente a Cabezón de la Sal donde habíamos fijado nuestra residencia en Cantabria.
La aldea se halla medio escondida entre suaves colinas tapizadas de un verde electrizante, por donde fluyen pequeños riachuelos y por donde pastan numerosos rebaños de ovejas.
Bustablado, a diferencia de otros rincones de Cantabria, es un lugar tranquilo, ideal para aquellos urbanitas que buscamos paz y sosiego al margen del alboroto que caracteriza a las ciudades y a los lugares más turísticos.