Estacionamos los vehículos en el parking Plaza del Rey, situado al sur del centro histórico. Y por la calle Juan Infante nos metimos de lleno en el peatonal y empedrado callejero de Santillana, que destaca por su fuerte carácter medieval.
La villa se estructura en torno a varios centros de funciones muy definidas. La plaza de las Arenas, presidida por el Palacio de Valverde; la plaza de la Colegiata; la plaza de Ramón Pelayo (plaza Mayor), que fue originalmente la plaza del Mercado, y el área de los conventos.
En lo que se refiere a la arquitectura civil, destacan edificios como la torre de don Borja, la torre del Merino o Torre de los Valverde, ambos del siglo XV. Junto a ellos, existen otras construcciones como la Casa-Palacio de Peredo-Barreda, la de los Villa o la de los Bustamante, todas del siglo XVIII.
Santillana configuró un urbanismo en "Y", basado en dos centros —religioso y civil— y dos calles que confluyen a la entrada del pueblo, la rúa del Rey (citada desde el siglo XIII y actual calle del Cantón) y la calle Juan Infante.
![]() Calle del Cantón |
![]() Hotel del Marqués. Calle del Cantón |
El atractivo de este pueblo no sólo son sus edificios destacados, sino el todo, amalgamado por edificaciones más humildes, todas de época, conformando un entramado urbanístico tradicional que te transporta a otros tiempos.
Al final de la calle del Cantón, o del Río, veréis la Fuente lavadero abrevadero, que, junto a las cuatro fuentes restantes, son un legado del siglo XVI. Esta fuente tiene el aliciente de encontrarse muy cerca de la Colegiata de Santa Juliana.
En esta misma calle, y adosado al muro del actual Museo de la Tortura, podréis ver una de las fuentes cuya ornamentación, jarrón enmarcado en una hornacina, es de estilo barroco.
Santillana cuenta con un patrimonio arquitectónico extraordinario. Dentro de la arquitectura religiosa destaca la Colegiata de Santa Juliana, en torno a la que se desarrolló la villa. Fue iniciada en el siglo XII, a partir del primitivo monasterio de los siglos VIII y IX.
Desde la plaza de las Arenas podréis admirar una mezcla de la arquitectura que más se asocia con la imagen de Santillana. Por un lado, la casonas centenarias exhibiendo escudos nobiliarios en sus fachadas, y por el otro, la impresionante portada de la Colegiata, con sus canecillos y capiteles.
En la misma plaza de las Arenas, frente a la fachada este de la Colegiata, se alza el Palacio de Velarde, conocido también como Palacio de las Arenas. Fue terminado a mediados del siglo XVI y actualmente está habilitado como museo. Su arquitectura es del primer Renacimiento.
A partir del año 1209 Santillana fundó un nuevo ámbito administrativo en torno a la plaza del Mercado (actual plaza Mayor o de Ramón Pelayo) donde se celebraba un mercado semanal.
En torno a la plaza Mayor se fueron jalonando las casas, palacios, solares, huertos y corrales que al amparo de estrictas ordenanzas concejiles desde 1575, han perdurado con escasas variaciones hasta nuestros días.
El litoral cántabro, desde San Vicente de la Barquera (cerca de Asturias), hasta Ontón (a tocar de Vizcaya), alcanza los 200 kilómetros de longitud, que se reparten entre playas (unas ochenta), acantilados y arenales. Esta ruta transcurre por la costa occidental, que presenta espectaculares paisajes naturales y algunos de los enclaves históricos más significativos de Cantabria.