A primera hora de la mañana, después de haber aterrizado en el aeropuerto de Ciampino, tomamos el autobús hasta la ferroviaria estación Termini. En una cafetería tomamos el primer capuchino de la jornada.
Iniciamos la jornada romana en Termini, desplazándonos hasta las cercanas termas de Diocleciano, considerados como los baños termales más grandes de la antigua Roma (doblaban en capacidad a las termas de Caracalla).
A diferencia de las de Caracalla, las termas de Diocleciano han perdido gran parte de su estructura original. Aun así, se conservan muchas de sus partes y el complejo mantiene sus antiguas dimensiones.
En la actualidad las termas de Diocleciano acogen una iglesia (Santa María de los Ángeles) y el Museo Nacional Romano, cuya entrada se encuentra en la plaza de la República.
La concurrida Vía Nacional nos catapultó hasta el inicio de la Vía de los Foros Imperiales. Fuimos a parar a la Columna de Trajano, un monumento erigido en el Foro de Trajano para celebrar la conquista de Dacia por parte del emperador Trajano.
![]() Columna de Trajano |
![]() Columna de Trajano |
El Foro de Trajano es el más grande de Roma. Se construyó entre los años 107 y 112 después de Cristo. Varias pasarelas lo recorren a cierta altura, y permiten contemplar restos de edificaciones.
Desde el foro de Trajano podréis ver el inmenso monumento conmemorativo dedicado a Vittorio Emanuele II, el primer rey de la Italia unificada.
Conocido como Altar de la Patria, o simplemente El Vittoriano, el monumento se encuentra en la plaza de Venecia, encabezando la avenida de los Foros Imperiales. Y lo que más llama la atención es el blanco impoluto del mármol con el que está construido, que se asemeja a una tarta de nata.
Si rodeáis el Vittoriano por la plaza de Venecia llegaréis a la plaza Campidoglio, famosa porque en ella se encuentran situados los Museos Capitolinos.
La plaza Campidoglio se encuentra en la cima de la colina Capitolina y es la primera plaza moderna que se diseñó en Roma. Acoge la escultura de la mítica Loba Capitolina, que forma parte de la leyenda de Rómulo y Remo. La loba que veréis sobre la columna es sólo una copia, la original está resguardada en los Museos Capitolinos.
![]() Columna de la loba Capitolina |
![]() Columna de la loba Capitolina |
A los pies de la colina Capitolina, en la vía de los Foros Imperiales, se localizan los restos del Foro de César, el más antiguo de los Foros Imperiales (fue iniciado en el 54 a.C.).
La colina Capitalina constituye un excelente mirador del Foro romano, el principal foro de Roma, pues acogía las instituciones de gobierno y los principales templos religiosos.
La perspectiva sobre el arco de Septimio Severo no os dejará indiferentes. Este arco de triunfo narra la victoria del emperador Septimio Severo sobre los partos.
Visto desde la vía de los Foros Romanos, el arco de Septimio impresiona más si cabe. Construido en el año 203 d.C., se trata de uno de los monumentos mejor conservados de la antigua Roma.
Si Roma nació entre las colinas del Palatino y Capitalina, el Foro romano fue su primera conquista. Visto desde la colina Capitalina, este largo valle se extiende como un patio.
Uno de los extremos de la avenida de los Foros Imperiales está reservado al monumental Coliseo, quizá el monumento romano más admirado de todos los tiempos, y que no visitamos por haberlo hecho en una anterior ocasión.
![]() El Coliseo |
![]() El Coliseo |
Aunque no entréis al Coliseo, os recomiendo que admiréis esta genial obra hasta extasiaros, que la rodeéis y también que la contempléis a cierta altura, por ejemplo desde la calle Parco del Celio.
Por último, en la pequeña plaza de Manfredo, descubrimos el arco de Galieno, nombre que recibe la Porta Esquilina. Esta puerta formó parte de las murallas Servianas de Roma.