Calzada de la Vía Apia |
La Vía Appia Antica comienza en la plaza Numa Pompilio, muy cerca de las termas de Caracalla. Este primer tramo, hasta la puerta de San Sebastián, corresponde a la avenida Porta San Sebastiano.
El primer tramo de la Via Appia Antica, intramuros por la Vía Porta de San Sebastián, se efectúa por una acera, pues la calle es apta para el tránsito de vehículos.
La adoquinada avenida Porta San Sebastiano nos condujo hasta la milenaria puerta de San Sebastián, la antigua Porta Appia, la más grande y de las mejor conservadas de las puertas del cinturón defensivo de Roma.
Puerta de San Sebastián |
Puerta de San Sebastián |
La puerta de San Sebastián fue construida en la segunda mitad del siglo III después de Cristo y constituye el tramo inicial de la Via Appia Antica.
Desde la cara sur de la puerta de San Sebastián podréis contemplar la muralla Aureliana de Roma, una construcción militar de carácter defensivo mandada levantar por el emperador Aureliano. Su longitud original fue de 19 kilómetros, pero en la actualidad solamente se conservan 12,5 km.
A partir de San Sebastián proseguimos la caminata por la Vía Apia Antica, por un tramo asfaltado compartido por vehículos. Nos detuvimos brevemente en la oficina de información turística, que nos vino muy bien para obtener información y un mapa de la zona.
Gracias a las indicaciones del mapa, y a los carteles informativos, seguimos una estrecha calzada, jalonada por verdes campos, que nos condujo a las catacumbas de San Calixto, del siglo II d.C., una de las más antiguas y extensas del mundo romano.
Valió la pena descender a las entrañas de la tierra para contemplar este sobrecogedor cementerio subterráneo. Un guía, todo sea dicho, demasiado plasta, nos condujo por este impresionante laberinto de tumbas.
Catacumbas de San Calixto |
Catacumbas de San Calixto |
La siguiente etapa transcurrió por la vieja calzada de la Vía Appia Antica, en un relajado paseo que nos trasladó dos mil años atrás. Entre el segundo y el tercer miliario apareció, a nuestra izquierda, el circo de Majencio, construido en el año 309 d.C. por orden del emperador Majencio.
Y a unos pocos metros más al sur, sin dejar la Vía Apia, apareció la tumba de Cecilia Metella, erigida en el año 50 antes de Cristo, que destaca por sus grandes dimensiones.
Tumba de Cecilia Metella |
Tumba de Cecilia Metella |
Calzada empedrada de la Vía Apia |
Calzada empedrada de la Vía Apia |
El tramo asfaltado de la Vía Apia concluye a la par que lo hacen las últimas edificaciones. A partir de ese punto caminaréis por la Vía Apia original, la que conserva la primigenia calzada empedrada.
Conforme caminéis, a ambos lados de la calzada, entre pinos y altos cipreses, veréis monumentos funerarios de diversos tipos y tamaños, y si os alejáis un poco, descubriréis grandes villas que pertenecieron a acaudalados ciudadanos romanos.
Nuestra singladura vespertina por esta milenaria vía conluyó hacia el cuarto miliario, en un tramo de la calzada cuajado de mausoleos y sepulcros con estatuas. Era un tramo muy apartado, por el que apenas transitaban personas.
Concluimos la interesante jornada regresando sobre nuestros pasos por la Vía Apia. En el cruce de la Vía Apia con la Vía Cecilia Metella tomamos el autobús 660, que nos condujo hasta la Via Appia Nuova, avenida donde hicimos transbordo para coger el metro.