Esta ruta sevillana, la tercera del día, comienza en el Puente de la Barqueta. Por medio de la calle Calatrava alcanzaremos la Alameda de Hércules, una amplia plaza construida en 1574. Entre los siglos XVIII y XIX la Alameda se convirtió en un lugar de esparcimiento y fue embellecida con jardines y fuentes.
Su nombre proviene de las dos columnas romanas que se instalaron en el extremo sur, sobre las cuales se colocaron las estatuas de Hércules, el mítico fundador de Sevilla, y Julio César, quien restauró la ciudad en época romana.
A lo largo de la plaza, encontraréis edificios de diferentes épocas, incluyendo casas señoriales y construcciones de estilo modernista. Actualmente, la plaza es uno de los epicentros gastronómicos de Sevilla.
A partir de la Alameda, nos sumergimos de lleno por las calles del centro de Sevilla. Casualmente fuimos a parar a la plaza de San Andrés, que acoge la iglesia del mismo nombre. Fue construida en el siglo XIV, bajo mandato del rey Fernando III el Santo.
Muy cerca de la iglesia de San Andrés, en el corazón del centro histórico, se abre la plaza de la Encarnación, un enorme rectángulo que sorprende a propios y extraños. La plaza acoge Las Setas, una de las construcciones más novedosas y vanguardistas de Sevilla.
Construida con madera y hormigón, sus dimensiones son 150 x 70 metros y tiene una altura de 26 metros. El autor fue el arquitecto alemán Jürgen Mayer.
El edificio consta de varias partes: en la planta inferior se encuentra el mercado y el Museo Antiquarium, donde se exponen los restos arqueológicos romanos encontrados durante las obras.
En la planta superior, a la que se accede mediante ascensores y escaleras mecánicas, tenéis una zona lúdica pensada para el disfrute de los más pequeños, y un magnífico mirador de la plaza.
En la esquina de la plaza de la Encarnación y la calle Laraña se alza la iglesia de la Anunciación, que formó parte del desaparecido convento de la Encarnación. En 1931 fue declarada Bien de Interés Cultural.
Desde el siglo XVIII, el edificio forma parte de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, una de las instituciones docentes más antiguas de España.
La ruta por el centro histórico prosigue por las calles Laraña y Martín Villa, hasta el inicio de la peatonal calle Sierpes. Esta popular calle sevillana está plagada de comercios, y, lógicamente, está muy animada a todas horas.
![]() Calle Sierpes |
![]() Calle Sierpes |
La calle Sierpes esconde pequeños rincones con mucho encanto. Uno de ellos es el que conduce a la capilla de San José, tan pequeña como bella. Suele abrir todos los días de 10 a 12 de la mañana, salvo los lunes.
Al final de la calle Sierpes daremos con el Ayuntamiento de Sevilla, edificio de estilo renacentista, con decoración plateresca, comenzado a construir en el siglo XVI.
Exteriormente, el Ayuntamiento destaca por sus fachadas, sobre todo la que da a la plaza de San Francisco. Si vais en Navidad, cuando cae la noche proyectan imágenes en la fachada.
La plaza de San Francisco es un imprescindible del centro histórico. Aquí veréis edificios como el Banco de España, con la Fuente del Mercurio, o el que acoge la Fundación Caja Sol (vale la pena admirar el Belén que montan en Navidad).
La entrada a la Catedral y a la Giralda incluía el acceso gratuito a la iglesia del Salvador, templo que a lo largo de los siglos ha sido reutilizado por las culturas romana, visigoda, árabe y cristiana.
Actualmente, el templo presenta una arquitectura de estilo barroco, con altar ornamentado y nave elevada. Fue construido sobre una anterior y desparecida mezquita. Es lo que suele ocurrir con este tipo de edificios, que machacan y destruyen al anterior.
![]() Iglesia del Salvador |
![]() Iglesia del Salvador |