Esta alocada visita exprés a Sevilla comienza en el aeropuerto hispalense (13'45). Un autobús de línea nos conduce, en media hora justa, hasta la céntrica plaza Juan de Austria. Estábamos a 37 grados centígrados.
En el centro de la plaza se localiza la Fuente de las Cuatro Estaciones. Es conocida popularmente como la Fuente de la Pasarela, en recuerdo de la pasarela metálica que se encontraba en dicho lugar hasta 1921.
Tenemos una hora justa para recorrer el centro de Sevilla. A las 14'15 iniciamos la caminata hacia la Puerta de Jerez por la calle de San Fernando. El paso de tranvías por esta amplia avenida ameniza la marcha.
Pasamos por la Puerta de Jerez y en menos de cinco minutos alcanzamos la Torre del Oro, uno de los monumentos que más se asocian con la imagen de la ciudad.
Torre del Oro |
Torre del Oro |
La Torre del Oro fue construida por los almohades en 1221 con motivos militares. Tiene 36 metros de altura. Se trata de una torre albarrana, es decir, separada del resto de la muralla y se cree que su nombre se debe al recubrimiento de baldosas con reflejos dorados.
Desde la Torre del Oro tendréis una buena panorámica del antiguo cauce del río Guadalquivir o Betis, con los barcos que realizan excursiones en primer término y las casas del barrio de Triana como telón de fondo.
Abandonamos el paseo de Cristóbal Colón por la calle Dos de Mayo, cuyo inicio se encuentra a la altura del teatro de la Maestranza. Al final de esta calle pasamos bajo el Arco del Postigo, una de las pocas puertas de las murallas que se conservan. Su construcción data del siglo XII.
Nuestra ruta exprés por Sevilla prosigue por la vía de la Constitución, concretamente por el flanco suroeste de la Catedral. Al fondo ya podemos avistar el Archivo de Indias, edificio renacentista fundado en 1785 por deseo del rey Carlos III.
El Archivo General de Indias se creó con el objetivo de centralizar en un único edificio la documentación referente a la administración de los territorios ultramarinos españoles, hasta entonces dispersa en diversos archivos. La entrada al edificio era gratuita, pero no teníamos tiempo.
Rodeamos la Catedral por su lado sur y en la plaza del Triunfo nos situamos frente a la fachada norte del Real Alcázar, conjunto palaciego amurallado construido en diferentes etapas históricas.
No teníamos tiempo de entrar en la Catedral (gótica de 1506), la tercera más grande del mundo tras las de San Pedro del Vaticano y San Pablo de Londres. Nos contentamos con rodear su fachada sur, hasta situarnos a los pies de La Giralda.
Catedral y Giralda |
Catedral y Giralda |
La Giralda es la torre del campanario de la Catedral. Tiene 104 metros de altura y antiguamente fue el alminar de la mezquita. Desde la plaza Virgen de los Reyes Católicos tuvimos la mejor vista del monumento.
Nos arriesgamos mucho penetrando en las estrechas callejuelas del barrio de Santa Cruz, uno de los más turístios y animados de Sevilla. Era mediodía y buscábamos un local donde poder refrescar nuestras maltrechas gargantas.
En la calle Rodrigo Caro dimos con el bar Santa Cruz "Las Columnas", un local acogedor y concurrido especializado en tapas, raciones y tablas de embutidos. Pagamos dos rondas, regadas con cerveza, y a continuación salimos echando leches hacia la plaza Juan de Austria.
A las 15'30, con quince minutos de retraso, partimos hacia el aeropuerto, adonde llegamos 35 minutos más tarde, con el tiempo justo de embarcar. A las 16'35, con puntualidad, despegamos rumbo a Lanzarote.
Tuve la suerte de viajar junto a la ventana. Una vez despegamos, disfruté de una magnífica vista panorámica de Sevilla, con la isla de la Cartuja en primer término. El río Guadalquivir y su canal (antiguo cauce) parecían abrazar a la ciudad en ese tórrido día.