El Real Alcázar de Sevilla es un testimonio vivo de las culturas que han pasado por la ciudad: desde los musulmanes hasta los cristianos. Antes de acceder al interior, conviene admirar la muralla exterior; y la plaza del Triunfo es el lugar ideal.
La Puerta del León, situada en la muralla exterior del conjunto, supone la principal vía de acceso al recinto. Entre el dintel de esta puerta y bajo un matacán se extendía una pintura de un león, de la que se desconoce su origen.
Tras franquear la Puerta del León accederemos al Patio del León, un colorido jardín rodeado de verde y de una muralla almohade, con tres pórticos, que lo separa del Patio de la Montería.
En el Patio del León se encuentra la entrada a la Sala de Justicia, un imprescindible del Alcázzar. De planta cuadrada y de estilo mudéjar, fue construida durante el reinado de Alfonso XI.
A través de una puerta de la Sala de la Justicia se llega al Patio del Yeso, que fue edificado a finales del siglo XII, en época almohade. De planta casi cuadrada, presenta una alberca en el centro y con arcos porticados en cada uno de los lados del patio, sobre los que aparece una rica decoración.
La siguiente parada corresponde al Patio de la Montería, un recinto de planta cuadrada que cuenta con puertas de acceso a varios palacios y estancias. Se llega a él tras pasar bajo los arcos almohades del Patio del León.
La Montería es el patio principal del Alcázar. Está presidido por la Puerta del Palacio de Pedro I. En las paredes hay arcos de medio punto que fueron tapiados en el siglo XV.
En la Montería está el acceso al Salón del Almirante, que debe su nombre al Tribunal del Almirantazgo de Castilla, que tuvo su sede aquí. El salón era una parte de la Casa de Contratación de Indias, creada en 1503 por los Reyes Católicos, y destaca por sus grandes cuadros.
En este sector del Alcázar se encuentra la Sala de los Abanicos, una estancia donde, desde 1998, se exhiben 37 abanicos de los siglos XVIII y XIX donados por la coleccionista Gloria Trueba Gómez.
Anexos al Salón del Almirante se encuentran la Casa del Asistente y los patios de los Levíes y de Romero Murube. El Patio de los Levíes es una galería compuesta de cuatro arcos de medio punto sobre columnas y pilastras de aire renacentista.
En una esquina del Patio de la Montería se encuentra la escalera de acceso a la segunda planta, un lugar reservado al Cuarto Real (la entrada se paga aparte, previa reserva) y a la Exposición de azulejos sevillanos, cuya visita recomiendo.
La visita guiada prosigue a partir del Patio de la Montería. Cruzaremos la puerta del Rey Don Pedro I para acceder al Vestíbulo del Palacio de Pedro I, de donde parten dos estrechos pasillos. Por la parte izquierda se accede al Patio de las Doncellas.
El Patio de las Doncellas del Palacio de Pedro I, del siglo XIV, es de lo mejorcito del Alcázar. Se trata de un patio central rodeado por arcadas decoradas con intrincados detalles mudéjares. Su estanque central refleja la riqueza ornamental de los arcos y las columnas.
Alrededor del Patio de las Doncellas podréis ver más estancias ricamente ornamentadas con detalles mudéjares: el Salón del Techo de Carlos V, el Salón de Embajadores, el Salón del Techo de Felipe II, la Alcoba Real, el Patio de las Muñecas, el Cuarto del Príncipe, la Sala del Techo de los Reyes Católicos, la capilla del Palacio Gótico...
![]() Salón de Embajadores |
![]() Patio de las Muñecas |
Son varios los jardines con que cuenta el Palacio de Pedro I: el Jardín del Príncipe, que rinde homenaje al hijo de los Reyes Católicos; el Jardín de las Flores, adornado con azulejos del siglo XVI; y el Jardín de Troya, de origen islámico, cuyo origen parece estar en el siglo X.
![]() Jardín de las Flores |
![]() Jardín de Troya |
La visita al Alcázar continúa por el Palacio Gótico, mandado construir por Alfonso X el Sabio. Representa el ideario cristiano frente al pasado musulmán.
Desde el Palacio Gótico, por estar en una segunda planta, tendréis una fantástica panorámica del Jardín del Alcázar. En esta planta, además, podréis admirar el Salón de los Tapices.
El Palacio Gótico tiene una salida a la Puerta de Marchena, la antigua portada del palacio de los Duques de Arcos. Fue levantada durante el reinado de Isabel I de Castilla. Su decoración es gótica.
La Puerta de Marchena es el origen de la Galería del Grutesco, un muro de 160 metros de largo que avanza en dirección noroeste-sureste por los jardines y que compartimenta la zona verde en dos áreas diferenciadas: a un lado los jardines primitivos y por el otro, la antigua zona de huertas.
A continuación recorrimos varios jardines del Alcázar: Jardín de los Poetas, Jardín del Marqués de la Vega, Jardín de las Damas, Jardín de la Danza..., que conforman un extenso espacio verde que combina elementos renacentistas, islámicos y románticos.
Caminando por los jardines fuimos a parar a la Puerta del Privilegio, del siglo XVII. Situada en la Galería del Grutesco, esta puerta comunica el Jardín de los Poetas con el Cenador de la Alcoba.
Nos costó mucho dar con ellos, pero al final hallamos la entrada a los Baños de María de Padilla, una amplia zona subterránea situada en la parte inferior del Patio del Crucero. Los baños constan de una alberca alargada, que resultaba ideal para combatir el calor.
La salida del Alcázar se realiza por el Apeadero, o antiguas Caballerizas, que acoge la tienda de recuerdos. La fachada del Apeadero destaca en el contexto del Patio de Banderas por su monumental portada de piedra, de finísima molduración.
El Patio de Banderas es una antigua plaza arbolada (de naranjos) con una pequeña fuente y vistas espectaculares de la Catedral. Es la guinda a la visita al Alcázar.