Unos siete kilómetros por una carretera comarcal unen Nerja con Frigiliana, uno de los pueblos más bonitos de España. Aparcamos de forma gratuita en el paseo de las Tres Culturas, un pelín retirados del casco viejo.
Nos presentamos en Frigiliana un día cualquiera de mediados de enero, y fuimos testigos de la gran afluencia de turistas que lo visitan diariamente. En el aparcamiento de pago de la plaza de las Tres Culturas, por ejemplo, no paraban de entrar coches.
La Casa del Apero es una edificación tradicional del Siglo XVII que funcionaba como caballerizas y granero. En los años 90 fue restaurada y actualmente allí se encuentra una biblioteca, el Museo Arqueológico y la oficina de turismo, donde podréis recoger un mapa con todos los puntos que ver en Frigiliana.
El Palacio de los Condes de Frigiliana, llamado popularmente El Ingenio, es una mansión del siglo XVI de estilo renacentista con esgrafiados. Actualmente es la sede de la Fábrica de Miel de Caña Nuestra Señora del Carmen. Se trata de uno de los edificios de mayor valor histórico y artístico de la localidad.
En la entrada de la vía principal que recorre el casco antíguo del pueblo, la calle Real, los Condes de Frigilliana decidieron construir en 1767 un pósito que contuviera todo el cereal que se producía en sus tierras. El edificio como tal ha desaparecido y hoy día su lugar ha sido ocupado por casas.
Una calle con una historia detrás es la dedicada a Hernando El Darra, un morisco que encabezó la lucha contra las tropas cristianas. Finalmente, el Darra perdió la batalla, se escabulló y escapó a África.
Cada rincón del casco antiguo tiene su identidad particular, aunque siempre nos encontraremos con calles empedradas, generalmente empinadas, y una limpieza extrema, responsabilidad casi exclusiva de cada vecino, plantas y flores adornando los rincones y una blancura de las fachadas que llenan de luz las calles.
A través de la calle Amargura, empedrada y escalonada, fuimos arañando metros en nuestro afán por auparnos a la parte alta del pueblo. Nos tomamos un respiro en el Mirador de la calle Peñón, una magnífica atalaya sobre Frigiliana y su vega.
Y unos metros más arriba, tras superar un angosto tramo de la calle Santo Cristo, hicimos otro alto para asomarnos al Mirador del Santo Cristo, que nos brindó una panorámica de los tejados de la villa.
El circuito que nos habían marcado en la oficina de turismo resultó ideal para ver los mejores rincones de Frigiliana. Uno de ellos, sin la menor duda, fue caminar por la calle Alta, una de las más bonitas del pueblo.
Frigiliana nos dejó alucinados. Su premiado centro histórico, de herencia morisca, no dejaba de sorprendernos cada vez que abordábamos una nueva calle o pasaje.
Calle El Garral |
Calle El Garral |
A través de la calle El Garral fuimos a parar a la Fuente de las Tres Culturas, con tres caños, presididos por la cruz cristiana, la estrella de David judía y la media luna musulmana, que simbolizan la buena convivencia de estas tres culturas en Frigiliana.
Al otro lado de la fuente nos aguardaba el callejón de las Ánimas, uno de los adarves más admirados de Frigiliana. Se trata de un rellano que antecede a las entradas de las casas que convergen en ese espacio.
Nos hallábamos en la calle Real, la arteria principal del casco viejo, única transitable por vehículos, de la que parten todas las calles, callejuelas y callejones. En su recorrido encontraremos el Ayuntamiento y La plaza de la Iglesia.
En la calle Real pusimos punto final a la visita a Frigiliana, pueblo bonito de España donde las calles estrechas, sinuosas y empinadas, los pasadizos, adarves y revellines forman un singular entramado urbano de pequeñas casas que se encaraman unas sobre otras.