Estacionamos el coche en las inmediaciones de la estación de Renfe y nos movimos a pie por la peatonal carrera Espinel, una de las pincipales vías comerciales de la villa.
Estábamos en la Zona Nueva de Ronda, caracterizada por sus calles dispuestas en cuadrícula y por sus pequeñas plazas, como la de Carmen Abela, con sus balcones de hierro forjado destacando en las fachadas blancas de las casas.
De camino a los miradores del Tajo nos detuvimos en la bonita plaza del Socorro, donde se encuentra la parroquia del mismo nombre, varios restaurantes y monumentos como el de la estatua de Hércules, con los escudos en honor a Andalucía.
Accedimos a los miradores de la Cornisa por la ajardinada Alameda del Tajo, un paseo arbolado y jardín botánico que data de principios del siglo XIX. Aquí podréis ver varias fuentes ornamentales y el monumento a Pedro Romero.
La Alameda se localiza junto a la plaza de Toros, al borde de la cornisa del Tajo. Lo forman cinco avenidas ajardinadas que desembocan en un paseo con balcones desde donde se puede contemplar la hoya y la Serranía de Ronda.
Junto a la Alameda del Tajo podréis asomaros al mirador de los Reyes Católicos, atalaya ubicada en lo más alto del gigantesco cerro que dio nombre a la ciudad. Las vistas de la Serranía de Ronda y de la parte baja del municipio os dejará boquiabiertos.
Desde la parte occidental de la Alameda parte el paseo de los Ingleses, que trascurre por el borde del Tajo hasta alcanzar los jardines del hotel Victoria. Este paseo fue construido a la vez que dicho hotel y a la vez que el ferrocarril de Ronda, para potenciar su uso por parte de turistas.
El paseo de la Cornisa o de los Balcones del Tajo atraviesa los jardines de Blas Infante, parque anexo a la Alameda donde se encuentran varias construcciones de interés, como el mausoleo del artista japonés Miki Haruta, un auditorio al aire libre y una oficina de turismo.
Cierra el paseo de Blas Infante la plaza de Toros de Ronda, edificio histórico declarado Bien de Interés Cultural. La plaza se costruyó en 1785 y está considerada como una de las más antiguas de España.
El paseo de los Balcones del Tajo es bordeado por el camino de los Tilos, que sale de la Alameda y continúa en línea recta hasta llegar al Parador de Turismo de Ronda.
El camino de los Tilos rodea el Parador Nacional de Turismo por la Cornisa, y concluye a la altura del barranco conocido como Hoya del Tajo, por donde fluye el río Guadalevín. En el lado opuesto veréis las casitas blancas del centro histórico de Ronda.
El camino de los Tilos concluye en el descomunal Puente Nuevo, de 98 metros de altura, con sus robustos arcos clavados en lo más profundo del angosto desfiladero excavado por el río Guadalevín.
El Puente Nuevo es el monumento más emblemático de Ronda. Fue construido entre 1751 y 1793, y hasta 1839 fue el puente más alto del mundo con una altura de 98 metros. Une las zonas histórica y moderna de la ciudad salvando el Tajo de Ronda, la garganta excavada por el río Guadalevín.
Puente Nuevo |
Puente Nuevo |
El camino que conduce al mirador del Arco del Cristo estaba cerrado por obras, así que después de almorzar subimos al coche y descendimos al mirador de la Hoya del Tajo por un estrecho camino empedrado que partía de la plaza Ruedo Alameda, en el casco viejo. El camino era de ida y vuelta y en la mayoría de los tramos sólo cabía un coche.
Desde el aparcamiento de tierra contemplamos el cortado rocoso sobre el que se asienta la ciudad, y del que sobresalía el Parador Nacional, el Puente Nuevo y las casitas blancas del centro histórico.
A la izquierda del conglomerado de la pared del Tajo vimos La formación geológica conocida como el "Asa de la Caldera", donde la acción del aire y el agua a lo largo de los siglos ha modelado una curiosa formación pétrea.
A continuación ascendimos a pie por una senda, hasta alcanzar un improvisado mirador que nos brindó esa imagen bucólica del Puente Nuevo y de la pared rocosa, la que aparece en todas las fotos y postales como carta de presentación de Ronda.
Para llegar a Ronda desde Málaga, evitando la abrupta Sierra de las Nieves, elegimos avanzar por la autovía A-357 en dirección a Ardales, pueblo serrano asentado bajo una descomunal roca.
TOPÓNIMO DE ARDALESUnos días antes, había imprimido el artículo que escribió Javier Goitia sobre el topónimo de Ardales, y al llegar al municipio me dirigí al Ayuntamiento con la intención de entregarlo. La empleada que me atendió, en cuanto la puse al corriente del motivo de mi visita, avisó de inmediato a Juan Alberto, el alcalde, con el que a continuación mantuve una interesante charla sobre la etimología de Ardales.