Catedral de Palma |
Palma ya la conocía de anteriores visitas a la isla, y volví a quedar gratamente impresionado ante su elocuente belleza. Iniciamos la visita en la céntrica y porticada plaza Mayor, que a esas horas de la mañana acogía un pequeño mercadillo de ropa.
Nos encontrábamos en la zona comercial por excelencia de la antigua Palma. Desde la plaza accedimos al núcleo urbano caminando por la peatonal calle Jaume II.
Plaza Mayor |
Calle Jaume II |
La ruta por Jaume II nos lleva hasta la plaza Cort, que acoge un olivo centenario. Aquí se encuentra el Ayuntamiento, un bonito edificio que destaca por su singular fachada barroca con alero de los siglos XVII y XVIII.
Plaza Cort: olivo |
Plaza Cort: Ayuntamiento |
Muy cerca, por la calle Palau Reial, alcanzamos la catedral de Palma, gótica de los siglos XIV-XVI, de altas bóvedas con elegantes columnas, tres naves e interesantes sepulcros.
Calle Palau Reial |
Catedral de Palma |
Al final de la calle llegaréis al Mirador de la Catedral, que ofrece una buena panorámica de la parte baja de Palma. En primer término, más allá de las murallas, podréis ver el parque de la Mar. Y si bajáis por las escaleras tendréis una buena perspectiva de la catedral y la Almudaina.
Mirador: parque del Mar |
Escaleras del Mirador |
Frente a la catedral se levanta el palacio de la Almudaina, de origen islámico, que fuera residencia de los monarcas medievales del Reino de Mallorca.
La Almudaina desde arriba |
La Almudaina desde Dalt Murada |
Podéis rodear la Almudaina para admirar sus robustas murallas. Desde el paseo de Dalt Murada veréis la fachada que se asoma al mar, con sus altas torres y sus arcos porticados. Y en la calle Antoni Maura, a la altura del Jardín de Tramas, tendréis una idílica panorámica del palacio, con el lago del Cisne en primer término.
Palacio de la Almudaina |
Lago del Cisne |
Por la tarde realizamos una visita al castillo de Bellver, encaramado en una colina que domina la ciudad de Palma y su amplia bahía. De camino a la loma, entre el puerto y el parque de la Mar, contemplamos una buena panorámica del palacio de la Almudaina y la catedral.
El castillo de Bellver fue construido en el año 1314 en lo alto de una colina que domina la ciudad y el puerto, doy fe de ello tras asomarme al mirador. Se trata de una fortaleza de planta circular con cuatro torres situadas en los cuatro puntos cardinales, que aseguraban la defensa del tronco central. Esta defensa se completa con la Torre del Homenaje, de 33 metros de altura, que está unida al resto del edificio a través de un pasillo elevado. Durante muchos siglos se utilizó como prisión y en la actualidad acoge el Museo de la Ciutat.