Un buen lugar para alojarse en La Rioja Alta es Ábalos, villa situada en un entorno pintoresco, repleto de lo que hoy consideramos recursos turísticos. Y el hotel Villa de Ábalos es su buque insignia.
Este romántico hotel se localiza en la plaza Fermín Gurbindo; es una casa de piedra rústica con habitaciones amplias, una zona ajardinada utilizada como aparcamiento y un fantástico restaurante "La Cocina de Merche", con productos propios de la región.
Situada frente al hotel, en la plaza Fermín Gurmindo, se localiza la Casa del Virrey de Nápoles, del siglo XVIII. Presenta una fachada entre pilastras cajeadas, cornisas marcando las plantas y un buen alero.
Ábalos es un encantador pueblo que invita a ser recorrido a pie de forma tranquila. Ubicado entre dos arroyos, conserva un importante patrimonio arquitectónico.
De camino a la iglesia parroquial conviene hacer un alto en la plaza Martín Fernández, representativa del municipio. Aquí veréis el Ayuntamiento de Ábalos.
En esta plaza destaca la Casa de Guardia o de las Rejas, construida probablemente en el siglo XVIII. Exhibe un gran escudo en su esquina y vanos adintelados enmarcados en pilastras, entre ellos un prominente balcón que se encara a la plaza.
El edificio religioso más destacado de Ábalos es la iglesia de San Esteban Protomártir, construida en el siglo XVI. Consta de una nave de tres tramos y cabecera ochavada de siete paños.
Exteriormente, la iglesia destaca por la portada, guarecida bajo un gran arco, de estilo Reyes Católicos. Sobre la puerta podréis ver un original frontón, en forma de trébol, que cobija bellas imágenes de Cristo Salvador y de un matrimonio de orantes.
El frontón de la puerta es bastante llamativo, como también lo es el pequeño frontón deportivo que se han sacado de la manga en la plaza de la Iglesia. La pared es la fachada lateral de una casa. Esto sí que llama la atención.
Barrocas son la torre del campanario, construida entre 1735 y 1740, y la galería situada sobre la portada que servía de conjuratorio. El retablo mayor es de mediados del siglo XVI, aunque nosotros no lo vimos por estar cerrada la iglesia. Lo que sí os recomiendo es que rodeéis el templo para admirar sus fachadas.
Un paseo por Ábalos debe incluir la plaza del Palacio, un espacio verde y armonioso rodeado de singulares edificios que forman parte de la hidalguía vinatera.
En esta plaza se localiza el edificio civil más espectacular de Ábalos: el Palacio de los Marqueses de Legarda, una muestra del nivel socioeconómico de aquellos que la poseyeron. Es un edificio de sillería de planta rectangular, del que sobresalen tres torreones.
En la calle Norte o en la travesía Trujales veréis casas señoriales de los siglos XVI al XVIII, muchas de ellas rehechas, que representan escudos, portadas u otros restos decorativos que remiten a aquellas centurias.
Ábalos vive del vino y para el vino. Catorce bodegas, la mayoría de ellas familiares, se han convertido en uno de los referentes del Rioja.
De las catorce bodegas, algunas se encuentran en el núcleo urbano. Es el caso de la Bodega Solana de Ramírez, una empresa familiar dedicada desde varias generaciones al cultivo de la vid, elaboración y crianza de sus vinos. Fue la Bodega que elegimos para comprar una cajita de buen vino. Y acertamos de pleno.