A unos doce kilómetros al este de Gordes, tras zigzaguear por una carretera local, alcanzamos Roussillón, pueblo provenzal de origen medieval que cuenta con elegantes edificios de color ocre, característico de esta parte del Luberón.
Pasear por las adoquinadas y estrechas calles del pueblo nos trasladó a un tiempo pasado. Parecía que nos hubiéramos detenido en la época medieval.
![]() Calles de Roussillón |
![]() Ayuntamiento de Roussillón |
Conviene visitar el pueblo sin prisas, contemplando las casas con fachadas en tonos ocres, naranjas y amarillos, con sus balcones repletos de flores. Aparte de las casas, el pueblo destaca por la torre del campanario de la iglesia (la calle la atraviesa por su base).
![]() Iglesia de Roussillón |
![]() Iglesia de Roussillón |
Roussillón es uno de los pueblos más pintorescos de la Provenza. Si camináis hasta la parte alta de la villa podréis contemplar unas vistas impresionantes del valle del Luberón.
En Roussillón comienza el Sendero de los Ocres (Sentier des Ocres), que recorre en 30 minutos (corto) o 50 minutos (largo) uno de los paisajes más espectaculares de la Provenza. El sendero cuesta alrededor de 3 euros (niños menores de 10 años gratis), y discurre entre formaciones rocosas de tonos rojos, naranjas y amarillos.
Después de tomar un almuerzo tardío en Roussillón, nos desplazamos hacia el sur del Luberón para visitar algunos pueblos con las últimas luces del día. Llegando a Bonnieux hicimos un alto en el camino para contemplar el puente romano de Julien, que salva el cauce del río Calavon.
Construido en el siglo I a.C., es una de las estructuras mejor conservadas de la Vía Domitia, la antigua calzada romana que conectaba Italia con España. Ha sido utilizado por carros y viajeros durante más de 2.000 años.
El puente está hecho de piedra caliza de la región, sin el uso de mortero. Tiene tres arcos de medio punto, con el central más grande para facilitar el paso del agua. Mide 80 metros de largo por 5 metros de ancho. Su altura es de 11 metros y su diseño permite soportar las grandes crecidas del río Calavon.
A unos 5 kilómetros al sur del puente alcanzamos Bonnieux, pueblo de origen medieval que destaca por su iglesia del siglo XII (situada en la parte alta). En la parte baja, que es ideal para estacionar los vehículos, podréis ver la iglesia Nueva, de época más reciente.
Desde la parte baja, junto a la carretera, se pueden admirar los restos de las fortificaciones medievales de Bonnieux, con sus robustas murallas del siglo XIII.
Desde la carretera también podréis admirar la fachada más vistosa de la Torre del Reloj , uno de los emblemas del pueblo.
Las casas de piedra de Bonnieux, con sus viejas puertas de madera, se desparraman por la colina en terrazas. Vale la pena serpentear por sus calles medievales para contemplar la arquitectura tradicional que más se asocia con el Luberón.
![]() Una calle de Bonnieux |
![]() Otra calle de Bonnieux |
A través de pequeñas plazas con fuentes de agua y calles empedradas, algunas de ellas con escaleras, nos aupamos a la parte alta del pueblo para disfrutar de una fabulosa vista panorámica.
Conocido por su arquitectura medieval, sus vistas panorámicas y su ambiente tranquilo, este encantador pueblo ha sido hogar de artistas y escritores, incluyendo al autor Peter Mayle, quien escribió "Un año en la Provenza".
Se nos hizo de noche en Menerbes, mientras caminábamos por las calles del pueblo. Nos sorprendió mucho ver que la iglesia estuviera abierta. Dedicada a San Lucas, fue construida entre los siglos XVI y XVIII en estilo románico y barroco. El interior conserva algunos frescos.
La plaza del Reloj es el centro neurálgico de Menerbes. Acoge el Ayuntamiento o Mairie y la Torre del Reloj, construida a finales del siglo XVI.
Menerbes, como ocurre en otros pueblos de la región, tiene una Ciudadela y murallas medievales que ofrecen vistas espectaculares del valle del Luberón y los pueblos cercanos, como Lacoste. Aunque esta vez, al ocaso del día, no fue lo mismo.
El Parque Natural Regional del luberón es una enorme cordillera caliza que se extiende al sur de Vaucluse. Con sus 1.125 metros de altitud, combina espacios naturales con pueblos pintorescos. Se trata de una de las zonas más atractivas de la Provenza.