Tras la visita al Torcal, partimos de inmediato hacia Antequera. Atravesamos el municipio por su calle principal y a las afueras, a unos tres kilómetros de distancia, seguimos las indicaciones para llegar al tholos de El Romeral, un sepulcro con dos cámaras de planta circular.
El tholos tiene un corredor de paredes de mampostería de sección trapezoidal y cubierta adintelada que conserva once losas. La cámara, con cubierta abovedada por aproximación de hiladas, está elaborada com mampostería que termina en una gran losa horizontal; es de planta circular, con 5,20 metros de diámetro y 3,75 metros de altura.
Tholos de El Romeral. Corredor |
Tholos de El Romeral. Cámara |
Para visitar los otros dos dólmenes estacionamos el vehículo en el aparcamiento gratuito del Centro de Interpretación de los dólmenes (carretera de Málaga, 5). En su interior adquirimos las entradas gratuitas que daban acceso a los monumentos.
Visitamos en primer lugar el dolmen de Viera, un sepulcro de corredor formado por un largo pasillo segmentado en dos tramos, al final del cual se sitúa una cámara cúbica. Se accede a la cámara por una pequeña puerta perforada cuadrangularmente en una gran losa de piedra.
Edificado con técnica ortostática, el dolmen de Viera tiene un recorrido de 22 metros. Su anchura interior media oscila entre 1,30 metros en su tramo inicial y 1,60 metros en la cámara.
Y a pocos pasos de Viera, con la tumba orientada de este a oeste y la puerta enfocando a la peña de los Enamorados (monte Antskarria), accedimos al dolmen de Menga, construido también con técnica ortostática.
El dolmen de Menga está formado por una galería donde un atrio abierto da paso a un segundo tramo de planta rectangular. Está sostenido por gruesas columnas, que, a modo de corredor, sirven de acceso a la cámara de planta ovalada.
No se sabe con exactitud cuándo se construyó Menga, aunque se cree que pudo haber sido construido entre el 3800 y el 3400 a.C. Posteriormente fue utilizado de forma continuada como espacio sagrado o lugar funerario hasta el Medievo.
La longitud del dolmen de Menga es de 27,50 metros considerando el tramo inicial del atrio. La altura aumenta desde la entrada, con 2,70 metros, hacia la cabecera, donde se amplía hasta 3,50 metros.
La máxima anchura, de 6 metros, se alcanza en el tercio final de la cámara, donde las últimas excavaciones han puesto al descubierto un pozo excavado en la arenisca de 1,50 metros de diámetro por 19,55 metros de profundidad, quedando alineado con los tres pilares que coinciden con la unión de las losas de cubierta.
Uno de los elementos más relevantes del Sitio (conjunto arqueológico) en su dimensión paisajística, es la Peña de los Enamorados (monte Antskarria). Existe una relación destacada entre los dólmenes y esta formación natural de gran prominencia y significación cultural en la región antequerana. Se trata de dos peñas enfrentadas, que en la actualidad recuerda por su silueta la cara de una persona durmiente.
En el sector norte de esta montaña, donde apunta el eje de simetría del dolmen de Menga, se encuentra un espacio de especial significado simbólico y religioso en el Neolítico. Esta área incluye el abrigo de Matacabras, con pintura rupestre esquemática y que probablemente fue un santuario. La relación visual y paisajística entre Menga y la Peña de los Enamorados es probablemente única en la Prehistoria europea.