La Alcazaba es un conjunto monumental levantado por los árabes en un cerro donde, probablemente, cartagineses y romanos ya habían edificado previamente algún tipo de construcción defensiva. Compuesto por dos anillos de murallas, uno dentro de otro, antiguamente albergó 110 torres.
El principal acceso a la Alcazaba se encuentra junto al Teatro romano, en la calle Alcazabilla. Desde la calle, muy por encima del Teatro, podréis contemplar una parte de la larga muralla externa que protegía el recinto.
En la taquilla adquirimos una entrada por 5,50€ que también incluía la visita al castillo de Gibralfaro. Una empedrada cuesta atraviesa la muralla exterior por un par de puertas (Fortificaciones de Ingreso), que se unen a la muralla de la ciudad y de las que destacan la Puerta de la Bóveda, construida en recodo para aumentar su valor defensivo,...
...y la Puerta de las Columnas, que reaprovechaba fustes y capiteles romanos como material de construcción, y que presenta un bellísimo arco.
Superada la Puerta de las Columnas, accederéis al interior del complejo. Pero antes debéis asomaros a lo alto de una torre para ver este sector de la muralla. Se trata de la Salida al Haza de la Alcazaba.
Al primer recinto amurallado o Recinto Inferior se accede a través de otra puerta en recodo, llamada Torre del Cristo por haberse utilizado como capilla durante muchos años.
Superada la Puerta del Cristo, giraremos a la izquierda para detenernos en el Patio de Armas, un apacible vergel cuajado de fuentes, jardines y pequeños canales por donde corretea el agua.
El segundo recinto amurallado o Recinto Superior, también muy adaptado a la forma del cerro, está fuertemente defendido por sus dos extremos; por el oeste por la Puerta de los Cuartos de Granada, que es su único acceso y que está muy restaurada, y por el este por la Torre del Homenaje.
La Puerta de los Cuartos de Granada nos situó en lo más alto de la Alcazaba, lugar que acoge la zona residencial y los tres patios consecutivos del palacio: Surtidores, Naranjos y Alberca.
El primer patio, llamado de los Surtidores, conserva en su lado sur una arquería califal que da paso a una sala desde la que se accede a la Torre de la Armadura Mudéjar, cubierta con armadura de lazo del siglo XVI, y a la Torre de Maldonado, con bellas columnas de mármol originales y que es un espléndido mirador sobre la ciudad.
A partir del Patio de los Surtidores, rodeado de altos muros, se localiza el Palacio de la Alcazaba, construido en los siglos XI, XIII y XIV, así como un interesante barrio de viviendas construido en el siglo XI.
Los edificios del Palacio están separados por sencillos patios, como el de los Naranjos, que inspiraban a la meditación y al retiro espiritual.
Las salas del Palacio, que están muy restauradas, contienen una exposición didáctica sobre las técnicas y los usos de la cerámica en la Málaga musulmana. Algunas puertas os conducirán a la muralla sur de la Alcazaba, que se asoma al puerto.
Podéis caminar por el perímetro de la muralla sur, junto a los palacios, hasta situaros en la Torre del Homenaje, la más alta del complejo, desde la que tendréis buenas vistas de las murallas exteriores y del puerto.
En la zona del Palacio encontraréis el ascensor del complejo. Nosotros lo tamamos para abandonar la Alcazaba. Fuimos a parar a la calle Guillén Sotelo, frente al edificio del Ayuntamiento, y desde aquí nos dirigimos a la calle Juan Temboury. Trazada junto a la muralla sur, esta vía es el punto de inicio del camino que conduce al castillo de Gibralfaro, nuestro siguiente objetivo del día.
Si voláis de Barcelona a Málaga (y viceversa) en invierno, podréis disfrutar de una magnífica panorámica de Sierra Nevada, con sus cimas nevadas.
El aeropuerto está bien comunicado con Málaga. Hay trenes cada veinte minutos. Recordad que los niños menores de seis años no pagan billete.