Chequilla: inicio de la senda |
Dos grandes rutas de ámbito nacional confluyen en Chequilla: el Camino del Cid (GR-160) y la senda GR-10 (Lisboa-Valencia). La primera, de más de dos mil kilómetros de longitud, es un itinerario turístico cultural basado en Rodrigo Díaz de Vivar y en una obra literaria: El Cantar del Mío Cid. Atraviesa ocho provincias (Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante) y puede recorrerse tanto por carretera como por sendero.
El GR-10 entra en Chequilla, proveniente de Peralejos de las Truchas, por el depósito de agua (aquí coincide con el GR-160). Y el tramo del GR-10 que realizaremos, de 5,3 kilómetros entre Chequilla y Checa, comienza en la fuente de Chequilla, junto al frontón.
Saldremos del pueblo por la amplia calle que conduce al cementerio, y antes de llegar a la verja giraremos a la derecha para acometer la cuesta del "Callejón", un camino natural parcialmente cementado que asciende de forma abrupta entre altas paredes rocosas.
Al final del callejón nos situaremos junto al depósito de agua. Estamos en la cima de las altas rocas que rodean Chequilla por el sur. En la distancia podréis ver el monte pelado conocido como El Santo, y que antiguamente llevó por nombre Castillo (nombre que habría perdurado en una de las piedras más grandes que se pueden ver en Chequilla: la peña Trascastillo). Se cree que en su cima pudo haber existido un primitivo asentamiento de origen íbero.
TOPÓNIMO DE CASTILLOLlegados al depósito de agua, giraremos a la izquierda a la altura del indicativo "Checa" que aparece en una losa de piedra, y seguiremos los palos rojos y blancos del GR-10 que marcan el camino en la subida al Picorzo (no hay que seguir la pista apta para vehículos que desciende al arroyo Sacedo, correspondiente al GR-160).
El ascenso al Picorzo por la ladera de la montaña nos permite ver Chequilla a vista de pájaro, con las relucientes casas blancas destacando entre las descomunales piedras rojas. A mano izquierda veremos la loma pelada de El Santo y junto a ella la colosal piedra Trascastillo.
Ahora se trata de alcanzar la cresta del Picorzo, a 1.500 metros de altura, y para ello avanzamos por una estrecha senda que, en este caso, penetra en un tupido bosque de pinos. Encontraréis las marcas rojas y blancas en los troncos de los árboles.
El ascenso al Picorzo se realiza de forma suave por una senda que no reviste dificultad. A la derecha veréis la Canaleja y el valle del arroyo Sacedo, cubierto por una frondosa masa forestal.
Al final de la estrecha senda alcanzaréis la cresta del Picorzo, a 1.500 metros de altitud. Y lo primero que debéis hacer es asomaros al lado opuesto para contemplar el valle del Cabrillas.
Y os sorprenderéis al descubrir que todas las laderas de las montañas están peladas. Es la consecuencia del devastador incendio que aniquiló más de dos mil hectáreas de bosque en agosto de 2012.
Los dos siguientes kilómetros transcurren por la cresta de la montaña. La senda, como consecuencia del incendio, se ensanchó a modo de cortafuegos, y os será fácil seguirla. Si vais en verano (no fue el caso), llevad gorra porque aquí no encontraréis árboles que den sombra.
Más adelante, tras acometer algunos tramos de subida y bajada, penetraréis en el corazón del Picorzo, y ahora sí, entraréis en una espesa zona de pinos.
Estamos llegando a la Fuente Salada y si echamos la vista atrás, aprovechando los claros en el bosque, podremos avistar las casitas blancas de Chequilla.
La senda pasa por lo que queda de la Fuente Salada, cuatro maderos que un día debieron contener agua y que ahora sólo os servirán para orientaros.
A partir de la fuente Salada la senda rodea la montaña. Pasaréis bajo las antenas de comunicación de Checa, un buen punto de referencia en el camino.
Y a los pies de las antenas ya podréis avistar Checa. Antes de acometer el descenso tendréis la mejor vista panorámica del municipio, emplazado en la vega del río Genitoris.
Realizamos el regreso a Chequilla por la misma senda. Tened en cuenta que pasada la fuente Salada el camino no está bien señalizado. Tuvimos que dar algunas vueltas por el bosque hasta localizar la senda.
Realizamos el regreso de un tirón, sin apenas detenernos. De esta forma tardamos una hora y media en alcanzar Chequilla.
El Parque Natural del Alto Tajo se encuentra en el Sistema Ibérico, a caballo entre la parte suroriental de Guadalajara (36 municipios) y nororiental de Cuenca (dos municipios). El principal acceso es por Molina de Aragón, aunque también se puede acceder por Orea, a través de Orihuela del Tremedal (Teruel), y por Tragacete (Cuenca).
TOPÓNIMO DE TAJOHablar del Parque Natural del Alto Tajo es hablar de su diversidad. En este espacio natural tienen cabida una gran variedad de elementos geológicos, en un paisaje lleno de contrastes, en el que destacan hoces, cañones fluviales, simas, lagunas, monolitos y "ciudades encantadas" de roca; además de una gran diversidad florística y vegetal.