- Valderrobres cuenta con una buena oferta de restaurantes. Nosotros comimos en la fonda La Plaza. Y nos gustó.
- Las calles de la villa tienen un marcado aire medieval. Recorredlas sin prisas.
- Un imprescindible de Valderrobres es su Castillo. Vale la pena visitarlo.
- El Castillo ofrece una visita guiada al interior y en verano se suelen celebrar interesantes exposiciones temporales en su planta baja.
- El Matarraña es una comarca turolense de habla catalana. Es un buen destino para aquellos que queráis practicar el catalán fuera de Cataluña.
- Visitas:
1/ Puente de Piedra y Puerta de San Roque .
2/ Ayuntamiento, Fonda La Plaza y casco antiguo.
3/ Iglesia de Santa María y Castillo-Fortaleza. - Alojamiento: Casa rural Capitana, en Peñarroya de Tastavins.
- Restaurante: Fonda La Plaza, en la plaza de España.
- Lo mejor:
- El puente de Piedra.
- El trazado medieval de las calles.
- El interior del Castillo-Fortaleza.
La población se extiende por la ladera de un pequeño monte junto al río Matarraña, cuyo cauce divide la localidad en dos: el barrio del Arrabal en un lado, lleno de locales comerciales y de ocio, y en el otro el casco antiguo, reconocible por el Castillo y el campanario de la iglesia.
Río Matarraña y casco antiguo desde el Arrabal
Desde el barrio del Arrabal, donde estacionamos el coche, se accede al casco antiguo por el precioso puente medieval de Piedra, con tres ojos, y desde el cual se obtiene una fotogénica vista del perfil de la población.
El Arrabal desde el Puente de Piedra
El casco antiguo desde el Puente de Piedra
El puente era la antigua entrada a la villa. Aquí se localiza la Puerta de San Roque o de los Leones, un pintoresco conjunto de portal y torreón del siglo XIV, con la imagen del santo, un reloj de sol y dos pilastras coronadas con leones.
Puerta de San Roque
Superada la Puerta de San Roque se alcanza del magnífico edificio del Ayuntamiento, del cual puede verse una reproducción en el Pueblo Español de Barcelona.
Se trata de una excelente obra del manierismo aragonés del siglo XVI, de tres plantas y porches o lonjas en dos de sus lados. En la planta superior presenta una típica galería aragonesa de arcos de medio punto y, en lo más alto, una cornisa labrada de madera.
Ayuntamiento
Antes de visitar el apretado casco urbano, realizamos un tardío almuerzo en el restaurante Fonda La Plaza, situao junto al Ayuntamiento, un maravilloso local ambientado en la época medieval, donde comimos buenos platos típicos de la comarca.
 Fonda La Plaza |
 Fonda La Plaza |
Situado en la plaza de España, el restaurante se localiza en la antigua Casa de la familia Blanc, un palacio de origen medieval construido en piedra y de planta cuadrada, rematado con una torre también de planta cuadrada.
Fonda La Plaza
Abordamos el peatonal casco antiguo, de calles estrechas y empinadas, en el que se respira aún la tranquilidad de un auténtico y encantador pueblo.
 Subiendo al Castillo |
 Subiendo al Castillo |
Se puede subir a la fortaleza siguiendo las indicaciones que parten de la plaza Mayor y continúan por la empinada calle del Carmen, a través de un sugerente entramado de callejuelas sinuosas y flanqueadas por casas centenarias.
 Calle Buen Aire |
 Calle Buen Aire |
Antes de llegar al Castillo conviene echarle un vistazo a la iglesia de Santa María la Mayor, obra gótica del siglo XIV en la que destaca especialmente su vistosa fachada, con portada de arquivoltas, unos notables grupos escultóricos y un fantástico rosetón en la parte alta.
Iglesia de Santa María
En lo más alto de la villa se encuentra el Castillo-Palacio, que corona con aire dominante el apretado casco urbano y que, junto a la iglesia que lo acompaña, fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1983.
Acceso al recinto del Castillo
Construido alrededor de una roca natural durante el periodo de reconquista, el edificio primegenio fue un torreón defensivo. A finales del siglo XIV adquirió su carácter señorial.
Entrada principal del Castillo
La roca natural que acoge el Castillo fue fortiicada por primera vez en un momento indeterminado de la antigüedad. Se ha especulado con varios candidatos, desde íberos hasta los musulmanes, aunque todo apunta a que el torreón defensivo fue construido durante la reconquista.
Puertos de Beceite desde el Castillo
El Castillo-Palacio cuenta esencialmente de una planta hexagonal que distribuye sus dependencias alrededor de un patio abierto. En la primera planta se encuentra el Salón de las Cortes o de de las Chimeneas, que presenta, tres enormes chimeneas y tres ventanas ajimezadas y dos geminadas decoradas con tapicería gótica.
Salón de las Cortes
Una escalera de piedra permite acceder a la segunda planta del Castillo. Aquí se encuentra la cúspide de la peña sobre la que se asienta toda la obra arquitectónica y es también el punto donde mejor podemos observar los retos del antiguo torreón defensivo anterior al Castillo.
El peñasco del Torreón
Por unas escaleras metálicas accedimos a las estancias altas del Castillo. Esta zona correspondía a las estancias de los siervos y graneros. La galería del lado sur está sustentada sobre cuatro arcos apuntados, disponiendo además de cinco grandes ventanas de medio punto.
Estancia alta del Castillo
Estas galerías constitutyen un excelente mirador desde donde se puede contemplar en todo su esplendor el casco histórico de Valderrobres y el valle del Matarraña.
Valderrobres desde el Castillo
Desde esta planta, a través de una ventana, tuvimos una vista aérea de la parte inferior del Castillo, un ala no restaurada. A nuestros pies apareció la Bodega, una sala que muestra los tres arcos que aún siguen en pie. Sobre la bodega existía un piso cuyo suelo ha desaparecido.
La Bodega
