Si estacionáis el vehículo en el aparcamiento de pago situado en la parte baja de la villa, podréis asomaros al Puente del Llano del Arrabal, con las aguas del río Guadalaviar deslizándose a vuestros pies.
Desde el puente tendréis una magnífica panorámica del conjunto histórico, con la catedral del Salvador y la muralla acaparando las miradas y las fotos.
Desde el puente, tras realizar una obligada incursión en la oficina de turismo, acometimos la subida al centro histórico por la calle Bermudo Zapater, que acoge el hotel Arabia. En el siglo XVI, este edificio fue un antiguo convento.
El sorprendente casco viejo de Albarracín, con callejuelas estrechas y empinadas que proporcionan buena sombra, esconde un patrimonio digno de ser admirado con tranquilidad: casonas, palacios, etc.
![]() Hotel Albarracín. Calle Azagra |
![]() Calle Azagra |
En la calle Azagra, un estrecho vial retorcido y sombrío, se localiza la Casa Navarro Arzuriaga, una de las muchas casas históricas y centenarias que se pueden contemplar en Albarracín.
Desde la calle Azagra, tomamos el desvío que conduce a las murallas por la calle Chorro, todo un ejemplo de arquitectura popular. Por algo estamos en uno de los pueblos más bonitos de España.
![]() Calle A las Torres |
![]() Calle Chorro |
Años atrás, en una anterior visita que realicé a Albarracín, tomé una de las calles empedradas donde empieza la cuesta hacia el magnífico conjunto amurallado y sus quince torres, que cubren toda la parte occidental de la localidad. Y así fue como me encaramé a la muralla.
Las murallas medievales ofrecen fabulosas vistas panorámicas del pueblo y su entorno. El Castillo, situado en lo alto, es una antigua alcazaba islámica que domina el paisaje.
Tras sortear varios tramos de escaleras y renunciar a las murallas por estar todo embarrado tras la reciente lluvia, abordamos la cercana iglesia de Santiago, construida sobre una antigua mezquita de barrio.
A través de la calle Santiago se llega hasta el Portal de Molina, la antigua salida amurallada hacia Molina de Aragón. En la puerta se puede ver un ventanuco tapado con tres postes que sobresalen.
![]() Calle Santiago |
![]() Calle Santiago. Portal de Molina |
El Portal de Molina es una de las entradas más emblemáticas del recinto amurallado. Formaba parte de la ampliación defensiva realizada en el siglo XIII para proteger el arrabal que se desarrolló fuera del núcleo original de la ciudad. Junto al Portal podréis ver la Casa de Julianeta, una de las más famosas y fotografiadas de Albarracín.
![]() Portal de Molina |
![]() Casa Julianeta. Portal de Molina |
En el Portal de Molina, extramuros, tendréis una magnífica vista panorámica de la muralla que cierra el centro histórico.
"Quien no se embarca no se marea". El dicho, llevado a Albarracín, vendría a decir que si no husmeáis por los callejones no descubriréis vistas privilegiadas. Es el caso del Mirador de la calle Mesón, conocido también como Mirador del Guadalaviar.
El mirador se halla muy cerca del Portal de Molina. Es una atalaya magnífica desde la que se puede contemplar el río Guadalaviar y el agreste paisaje por el que discurre.
La calle Portal de Molina es una de las más bonitas de Albarracín. Une el Portal de Molina con la plaza Mayor, y en ella podréis ver una buena muestra de los edificios que caracterizan el núcleo histórico.
![]() Calle Portal de Molina |
![]() Calle Portal de Molina |
En la calle Portal de Molina se encuentra la Casa de la Comunidad, una imponente edificación que, desde la Edad Media hasta el siglo XIX, actuó como sede de los organismos regidores de la comunidad de aldeas de Albarracín que contaba con una serie de fueros y privilegios propios.
![]() Calle Portal de Molina |
![]() Casa de la Comunidad |
Albarracín está edificada en un largo morro con forma de barra (origen del nombre iberovasco) situado en un meandro del río Guadalaviar. Y en el punto donde comienza el morro se localiza la porticada plaza Mayor, que acoge el Ayuntamiento.
Desde la plaza Mayor parten los principales viales que conducen a la Catedral, al Mirador, a las imponentes murallas y al Castillo. Es cuestión de dejarse llevar para descubrir bellos rincones.
En la plaza Mayor, desde los arcos situados junto al Ayuntamiento, disfrutaréis de una buena vista de la catedral del Salvador y los edificios de su alrededor.
A pocos metros de la plaza Mayor se encuentra el Portal del Agua, abierto inicialmente en la muralla con la intención de poder tener acceso al suministro de agua en caso de asedio. Es uno de los rincones más bonitos de Albarracín, con sus dos torreones protegiendo la puerta.
La calle Catedral es la principal vía que recorre el morro pétreo. Une la plaza Mayor con la catedral del Salvador, y en ella podréis ver singulares edificios, como la Casa de la Enseñanza y el Palacio Episcopal.
Más allá del Portal del Agua, situada en la parte angosta del largo roquedo, se localiza la catedral del Salvador, construida en el siglo XIII y reformada posteriormente hacia 1532 en estilo renacenstista.
La Catedral destaca por sus dos retablos, San Pedro y Mayor, ambos del siglo XVI, y por su Museo Diocesano, con su colección de tapices y orfebrería religiosa.
![]() Catedral del Salvador |
![]() Catedral del Salvador |
Existe un lugar privilegiado desde el que poder contemplar la villa de un plumazo. Se trata del Mirador de la Catedral, una perfecta atalaya situada a los pies del edificio catedralicio que brinda unas magníficas vistas de las murallas y la vega del Guadalaviar.
El mirador nos enseñó de qué pasta está hecho Albarracín, con sus casas modestas, construidas con entramados de madera y tablones de yeso rojizo, que dan el color característico al conjunto.