Nuestro alojamiento en el Matarraña se hallaba al sur de la comarca, en Peñarroya o Pena-roja de Tastavins, uno de los muchos pueblos de la zona que se fundaron en época medieval.
Peñarroya es ideal para alojarse. Casa Capitana, la casa rural que elegimos, fue el punto de partida para descubrir el Matarraña, el Bajo Aragón y Morella, en la vecina provincia de Castellón.
Casa Capitana. Peñarroya |
Casa Capitana. Peñarroya |
Uno de los atractivos de Peñarroya es su casco urbano, con típicas casonas de piedra y algún que otro ejemplo de mudéjar aragonés. Sobresalen la iglesia barroca de Santa María la Mayor, el antiguo molino de aceite y el Ayuntamiento-cárcel del siglo XV.
Peñarroya también destaca por la ermita de la Virgen de la Fuente, declarada Patrimonio de la Humanidad gracias a su maravillosa techumbre mudéjar. Si os acercáis a ella en Semana Santa la encontraréis abierta. El entorno del santuario está habilitado como una agradable área de recreo.
La ermita se halla en el cruce de la carretera A-1414 con el principal acceso a Peñarroya de Tastavins. No tiene pérdida. Nosotros la vimos a última hora de la tarde, pensando que estaría cerrada, pero nos llevamos una grata sorpresa. Pudimos acceder al interior.
De la construcción original románica (siglo XIII) se conservan unas columnas interiores con capiteles esquemáticos, los canecillos sobre la puerta y el tímpano.
En el siglo XIV se construyó la ermita vieja, con una nave rectangular de cinco tramos, en la que puede apreciarse lo más valioso del conjunto: la techumbre de madera decorada con escudos de Calatrava, tallas de guerreros y pinturas geométricas y vegetales.
El santuario es uno de los conjuntos monumentales más interesantes de Teruel, está declarado Monumento Histórico-Artístico desde el año 1931. Es una de las mejores expresiones del arte mudéjar aragonés.
Completamos esta excursión en coche acercándonos brevemente a Fuentespalda (Fontdespatlla en catalán). Esta pequeña villa, asentada en la zona llana de la comarca, entre los ríos Peña y Tastavins, estuvo defendida por una muralla medieval.
Centro de Fuentespalda |
Torre de los Moros. Fuentespalda |
Formando parte de la muralla aún queda en pie un magnífico torreón militar de los siglos XIV-XV. Conocido como Torre de los Moros o Torreta, este edificio de planta cuadrada sirvió de cárcel durante varios siglos y conserva todavía algunos grilletes y argollas de los antiguos prisioneros. En la parte superior cuenta con un mirador desde el que se abre una extensa panorámica de la zona.
Torre de los Moros. Fuentespalda |
Torre de los Moros. Fuentespalda |
En la muralla se abrían varias puertas, algunas de las cuales serían transformadas posteriormente en portales capillas (portales de San Francisco Javier y de San Antonio). En los extremos de la calle Mayor debieron existir también dos portales; uno de ellos, el portal de la Virgen del Carmen, conserva todavía sus dos arcos apuntados.
Portal capilla. Fuentespalda |
Portal capilla. Fuentespalda |
Entrando por uno de los arcos de la muralla se accede a la plaza Mayor. Allí se encuentra la iglesia parroquial del Salvador, un edificio de los siglos XVI-XVII, de aspecto barroco, pero también con un aire defensivo debido a sus contrafuertes.