Esa tarde, después de almorzar en uno de los muchos megarrestaurantes que inundan la carretera de Covadonga, marchamos a Cangas de Onís, villa convertida en punto de origen para iniciar excursiones por los Picos de Europa.
Cerca del río Güeña, antes de que este se entregue al Sella, podéis ver la ermita de Santa Cruz, una pequeña capilla construida en el 737 sobre un dolmen neolítico (hacia el 4000 aC.).
En su interior se puede contemplar una cruz de roble atribuida a Pelayo. Pero como esa tarde estaba cerrada, nos contentamos con rodear el edificio para admirarlo desde todos sus ángulos.
En Cangas confluyen los ríos Güeña y Sella y es famosa por su puente medieval (conocido como Puente Romano), muy remodelado, en cuya ojiva central pende la cruz más famosa de Asturias.
Bajo el arco del puente, en el río Sella, existe una pequeña zona de baño que, en los días más calurosos del verano, resulta ideal para zambullirse, como hice yo.
![]() Un baño en el Sella, bajo el puente |
![]() Un baño en el Sella, bajo el puente |
Por último, antes de partir, admiramos la iglesia de la Asunción, templo medieval con una bella espadaña de tres cuerpos. Su interior alberga vidrieras Maumejean y pinturas de Casimiro Baragaña, además de un busto de Don Pelayo en el exterior.
De regreso al hotel, y poco antes de llegar a Arenas de Cabrales por la carretera AS-114, nos detuvimos en el Mirador de las Estazadas, perteneciente a la localidad de Canales.
Desde ese punto, ubicado a unos metros por encima del río Casaño, tuvimos unas vistas espectaculares del pico Urriellu o Naranjo de Bulnes. Tuvimos suerte de que la tarde estuviera despejada, sin nubes de por medio.
TOPÓNIMO DE URRIELLU