Lago de la Ercina |
Esta fantástica excursión de un día comienza en Arenas de Cabrales, población situada a orillas de río Cares donde hemos fijado nuestra residencia en Asturias. Salimos de Cabrales por la carretera de Cangas, remontando el río Casaño y, una vez superado el alto de Ortiguero, iniciamos el descenso junto al río Güeña, hasta el desvío que nos condujo a Covadonga.
En agosto, el acceso a los lagos de Covadonga se realiza mediante un servicio de autobuses, y en el interior de uno de ellos accedimos a los lagos de Covadonga. En el Centro de Visitantes, a más de mil metros de altitud, contemplamos esa imagen idílica del Parque Nacional, con sus picos escarpados dominando el horizonte, sus miradores al vacío, sus vacas pastando en los verdes prados...
Centro de Visitantes |
Centro de Visitantes. Mirador |
La Ruta de los Lagos, que no reviste dificultad, comienza en el Centro de Visitantes, al que se llega a pie una vez se desciende del autobús. La senda discurre junto a un maravilloso mirador que se asoma al valle de Covadonga y luego prosigue por la mina de Buferrera siguiendo los raíles del tren minero.
Al otro lado del túnel nos sorprendió la belleza del lago Ercina (1.108 m), con las alta crestas de los Picos de Europa como telón de fondo. Superado el mirador de la Picota, descendimos hasta el lago Enol (1.060 m) y, por una nueva senda, regresamos al Centro de Visitantes.
Covadonga es un lugar de peregrinación y un destino obligado de los visitantes que, como yo, queremos contemplar naturaleza en estado puro. En la misma montaña donde se inicia el Reino de Asturias se encuentra la Cueva Santa, cuyo interior alberga la imagen de la Virgen de Covadonga, una capilla neo-románica y la tumba de Pelayo. Bajo la imagen está la laguna que genera la cascada del río Diva, en la que los visitantes lanzan monedas mientras piden un deseo.
Unos metros más arriba, sobre el cerro de Cueto, se erige la mejestuosa basílica de Santa María la Real de Covadonga, construida en 1877 en estilo neo-románico, y que ofrece bellas vistas del entorno. Junto a ella se encuentra el monumento al rey Pelayo.
Por la tarde, después de almorzar en uno de los muchos megarrestaurantes que inundan la carretera de Covadonga, marchamos a Cangas de Onís, villa convertida en punto de origen para iniciar excursiones por los Picos de Europa.
En Cangas confluyen los ríos Güeña y Sella y es famosa por su puente medieval (conocido como Puente Romano), muy remodelado, en cuya ojiva central pende la cruz más famosa de Asturias.
Bajo el arco del puente, en el río Sella, existe una pequeña zona de baño que, en los días más calurosos del verano, resulta ideal para zambullirse, como hice yo.
Un baño en el Sella |
Un baño en el Sella |
A las afueras de Cangas, junto al río Güeña, fuimos a ver la capilla de Santa Cruz, edificada sobre un dolmen que aún se puede contemplar en su interior.
De regreso al hotel, y poco antes de llegar a Arenas de Cabrales por la carretera AS-114, nos detuvimos en el "Mirador de Canales". Desde ese punto ubicado a unos metros por encima del río Casaño, tuvimos unas vistas espectaculares del pico Urriellu o Naranjo de Bulnes. Tuvimos suerte de que la tarde estuviera despejada, sin nubes de por medio.
Pico Urriellu desde el mirador |
Pico Urriellu desde el mirador |