El acceso al centro histórico de Igea se realiza por la plaza de Pedro María Sanz. Aquí se encuentra el inicio de la calle Mayor y el edificio que acoge el Centro de Interpretacón Paleontológica de La Rioja.
Hasta el año 2019, la plaza Pedro María Sanz acogió el frontón de Igea. Actualmente, el espacio presenta una zona cubierta con arcos. Si os asomáis por alguno de ellos tendréis una buena vista panorámica del valle del río Linares.
Situado en el corazón de Igea, la visita al Centro de Interpretación es un imprescindible si pretendéis realizar la Ruta de los Dinosaurios. La entrada es de pago e incluye un audiovisual con las icnitas descubiertas en La Rioja.
Los diferentes espacios temáticos os transportarán a un apasionante viaje en el tiempo, hasta los remotos orígenes geológicos de La Rioja (períodos Jurásico y Cretácico, hace 140-110 millones de años).
Mediante reconstrucciones a tamaño natural de diferentes dinosaurios, así como animales y plantas que con ellos convivían, comprenderéis el origen y la formación de los ricos yacimientos paleontológicos descubiertos a lo largo de los últimos años en diversas localidades riojanas.
En la plaza de Pedro Sanz comienza la calle Mayor de Igea. En su parte central se halla el Palacio del Marqués de Casa Torre, una de las construcciones civiles más importante de toda La Rioja. Fue construido en el siglo XVIII en estilo florentino.
![]() Palacio Marqués de Casa Torre |
![]() Palacio Marqués de Casa Torre |
No quisimos partir de Igea sin acercarnos a uno de sus edificios más antiguos, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en los siglos XVII-XVIII en estilo barroco. La torre del campanario es una maravilla del estilo mudéjar aragonés. Tiene 45 metros de altura.
Situado a unos 3,4 km de Igea por la carretera LR-283, más un pequeño tramo de tierra, se localiza el tronco fósil, un precioso ejemplar de araucaria de hace 120 millones de años.
El tronco de esta conífera es uno de los hallazgos más sorprendentes de la zona. Tiene once metros de largo (aunque antiguamente tuvo 15 metros), y se encuentra custodiado por una verja de hierro.
Junto al tronco, presidiendo el lugar, podréis ver las maquetas a tamaño real de una araucaria y un saurópodo (dinosaurio cuellilargo). Eso sí, como podréis apreciar vosotros mismos, los carteles informativos están rotos y desgastados por el sol.
Y en el mismo enclave, en la parte alta del cerro, podréis ver un planisferio celeste. Este artilugio permite localizar las constelaciones para una fecha concreta. Y es que Igea es uno de los punto con menos contaminación lumínica de La Rioja.