Panorámica de Castellar de N'Hug |
En las Fuentes del Llobregat tiene su inicio la senda de un kilómetro que conduce a Castellar de N'Hug tras un cómodo ascenso de cien metros.
Se trata de de un paseo corto (unos 20 minutos, si vais con niños), por un sendero empedrado y lleno de escaleras, jalonado de árboles que dan buena sombra. Es la forma más rápida y económica de llegar al pueblo. Los chicos fuimos a por los coches a la Farga Vella, y tardamos el doble.
La senda concluye en un gran aparcamiento público que, a la hora central del día, se podría decir que estaba lleno hasta la bandera. Fue el punto de encuentro desde donde iniciar la visita a Castellar de N'Hug.
Por cierto, desde el aparcamiento, si está despejado, podréis avistar el Pedraforca, una de las montañas más hermosas del Pirineo catalán.
Estábamos a principios de julio y la temperatura superaba los 20 grados. Los 1.400 metros de altitud de media que tiene Castellar de N'Hug atenuaron en parte este golpe de calor, aunque se hizo necesario buscar sombras.
Castellar, gracias a las Fuentes del Llobregat, se ha convertido en un municipio esencialmente turístico. El núcleo principal se ha restaurado respetando la antigua arquitectura tradicional de estos pueblos, con calles empedradas, casas de paredes de piedra y tejas oscuras.
Paseamos de forma tranquila por las empedradas calles del pueblo, admirando sus casas tradicionales, repletas de pequeñas tiendas donde poder adquirir los embutidos, quesos y tortas típicas de la zona.
Unos metros por encima de la plaza Mayor se encuentra la plaza de la Generalitat, un espacio abierto situado en el centro neurálgico de Castellar.
En un lateral de la plaza podréis acercaros a Cal Plats, uno de los comercios más singulares y antiguos del pueblo.
La plaza está presidida por la iglesia de Santa María, de origen románico (documentada en el año 839), aunque actualmente es de estilo neoclásico. Sus elementos más destacados, por ser de origen medieval, son el campanario y la puerta de entrada.
En un plano superior al de la plaza de la Generalitat se encuentra el Mirador de Balços, el más espectacular y accesible de Castellar.
En el mirador podréis ver la Casa del Pastor, en cuya fachada encontraréis carteles informativos sobre actividades, senderos y otros datos referentes a Castellar.
El principal atractivo del Mirador de Balços son las magníficas vistas panorámicas de los barrios Erola y la Ribera, separados del núcleo histórico de Castellar por el barranco de Fontetes.
En la otra punta del pueblo, al final de la calle de Baix, se encuentra el Mirador Josep Orriols, llamado así en honor a un alcalde del municipio. Esta magnífica atalaya es ideal para contemplar los agrestes paisajes del Berguedà. Incluso se llega a ver el mítico Pedraforca.
Los restaurantes de Castellar de N'Hug se adaptaron a la normativa establecida a causa de la Covid-19: mesas separadas, establecimiento de turnos...; Y el restaurante Muntanaya, sito en la plaza Mayor, estableció este protocolo.
A nosotros nos tocó almorzar en el segundo turno (14,30). De la extensa variedad de platos a la carta que tenía el restaurante, los que se llevaron el gato al agua fueron las butifarras y un arroz de montaña (con setas) para cinco comensales.