Pico Aiguallut |
La ruta comienza en el aparcamiento del Vado, en los Llanos del Hospital, pradera que a principios de noviembre ya acumulaba buenos centímetros de nieve. Nos movimos en dirección al Hospital de Benasque, hotel de alta montaña ubicado a 1.750 metros de altitud que ofrece gran confort y calidad a sus huéspedes.
En invierno, los Llanos del Hospital acogen una estación de esquí nórdico; pero en otoño, a falta de nieve, en lugar de esquiadores encontramos caballos de raza autóctona. Fue un sorprendente descubrimiento.
Localizamos la senda al final de los Llanos, justo donde comenzaba el ascenso propiamente dicho. Y los primeros resbalones no se hiciceron esperar, aunque por lo general, el sendero nos dio más satisfacciones que penas.
Podríamos haber tomado el carril de La Besurta, más amplio y más previsible, pero preferimos aventurarnos por la senda hacia lo desconocido.
Gracias a esta senda descubrimos bellos paisajes nevados, como el que nos condujo a la Colladeta de los Aranesos, un acogedor valle por el que no fluye río alguno.
A continuación atravesamos el Plan d'Estany, una pradera cubierta de nieve y agua que es también cruce de caminos. A nuetra izquierda parte la senda que lleva a los puertos del Portillón de Benasque y la Picada.
Al final del Plan d'Estany proseguiremos el ascenso por la pista forestal que conduce a La Besurta, y a la altura del Refugio del Plan d'Estany tendremos una excelente vista panorámica del valle.
Superado el escalón del Plan d'Estany, alcanzaremos La Besurta (1.920 m), enclave que acoge una cabaña y un merendero. Aquí acaba la pista forestal que parte de los Llanos del Hospital, y es también el inico de interesantes rutas, como la que conduce a los ibones de Billamorta, la que asciende al refugio de La Renclusa, o la que seguimos nosotros por el fondo del valle hasta el plan de Aiguallut.
A partir de La Besurta encontramos una zona complicada debido a la fuerte pendiente y a la mucha nieve que se acumulaba. La subida fue más o menos bien, pero a la bajada los resbalones estuvieron a la orden del día.
La senda describe varias curvas en zigzag por un terreno escarpado, pedregoso y saturado de nieve nueva, muy blanda, que dificulta nuestro avance. Echamos en falta unas buenas raquetas de nieve.
Más adelante, superado el tramo sinuoso, atravesamos un páramo helado desde el que ya pudimos avistar el pico Aiguallut (2.710 m), con su característica forma piramidal.
Ahora caminaremos por el centro del valle, hasta alcanzar el Forau de Aiguallut, un agujero mágico que engulle las aguas del río Aiguallut y las conduce, bajo tierra, hasta el vecino Valle de Arán, donde vuelven a resurgir por los Güells/Ojos del Jueu.
El último tramo de la ruta, una vez superada la cascada de Aiguallut, se encuentra en el Plan de Aiguallut (2.030 m), una pradera rodeada de altas cimas que recoge las aguas procedentes del Aneto (Ball de Barrancs) y de la Balleta de la Caleta.
Pequeños riachuelos serpenteaban por la nevada pradera, una de las más bonitas del Parque Natural Posets-Maladeta. Y por encima de ellos, a más de tres mil metros de altitud, sobresalía la mole del Aneto y su glaciar. Fue todo un regalo para la vista.
Almorzamos unos bocatas en un lateral de la pradera, con la vista perdida en este maravilloso e inigualable paisaje. Y con las pilas recargadas, iniciamos el complicado descenso por la misma vía.