Tradicionalmente, este enclave de alta montaña fue una venta-posada (hoy transformada en un bar-restaurante) que ofrecía alojamiento y comida a viajeros y pastores de la sierra.
El bar-restaurante de la Venta ofrece cocina de montaña: migas, patatas a la riojana y guisos de temporada. En verano suelen organizar asados al sarmiento y “picoteo serrano” con embutidos locales y queso de Cameros.
De hecho, nosotros paramos en la Venta para comer en este reconocido restaurante, que puso la guinda a una magnífica estancia en La Rioja. La comida estuvo deliciosa.
El edificio más sobresaliente de la Venta es la ermita de Nuestra Señora de la Luz, que data posiblemente del siglo XV, aunque fue reconvertido en el XVII. En su interior se conserva una imagen de la Virgen de la Luz del siglo XIV, además de diversas pinturas de interés, destacando un exvoto de 1750.
Desde aquí se prestaba ayuda y descanso a los viajeros que atravesaban el duro puerto de Piqueras; su campana servía de orientación a los caminantes en días de nieblas y ventiscas.
Como otras ermitas de la zona, además del edificio, el conjunto presenta un espacio dedicado a vivienda del santero y otras dependencias que servían de refugio a romeros, viajeros y animales.
En la actualidad, las dependencias acogen servicios turísticos y una exposición permanente sobre la trashumancia, actividad que fue la base de la economía en estas tierras durante siglos.
La exposición se compone de tres módulos con textos, material fotográfico y objetos de uso tradicional de los pastores, así como maquetas y reproducción de ambientes.
La Venta, con su césped verde eléctrico, es perfecta para acometer excursiones campestres. Una de ellas, de 1,7 km en círculo alrededor del río Piqueras, es la Senda de las Majadas, que no os llevará más de una hora completarla.
Este agradable paseo (nosotros sólo hicimos unos metros) os llevará por caminos y parajes que recorrieron durante siglos los pastores durante la trashumancia.
En el Centro de la Trashumancia o en el restaurante de la Venta podréis recoger el folleto informativo de la Senda de las Majadas, donde vienen detalladas las ocho paradas que tiene este interesante recorrido junto al río Piqueras.
El corto recorrido que hicimos por la senda nos condujo hasta un puente de madera sobre el río Piqueras. Era un lugar encantador; estábamos rodeados de verde y sólo se oía el murmullo del agua al golpear los guijarros. Nos costó ponernos de nuevo en marcha.
Podíamos haber atravesado el puerto de Piqueras por el fiable túnel de 2.437 metros de longitud, pero entonces nos habríamos perdido el magnífico mirador situado en la cresta, a 1.711 metros de altitud. Y no podía ser.
Decidimos subir hasta lo más alto de este puerto de montaña situado en la Sierra de Cebollera, entre La Rioja y Soria, en el punto de unión natural e histórico entre el valle del Ebro y la Meseta castellana.
TOPÓNIMO DE CEBOLLERAY acertamos de pleno. Esa noche había nevado mucho en la Ibérica, pero la nieve de mediados de primavera se fue esfumando conforme pasaban las horas. Tan sólo vimos algunos neveros situados en zonas sombrías. El paisaje nos encandiló.