Nuestro primer contacto con el coqueto casco viejo se produce en la calle Portales, una de las principales arterias comerciales de la ciudad.
La paulatina transformación de la calle Portales se inició probablemente en el siglo XV. La mayor parte de los soportales que actualmente caracterizan a esta calle fueron construidos en el último cuarto del siglo XIX.
Situada en el centro del casco antiguo, la plaza del Mercado fue originariamente –en el siglo XVI– la "plaza Mayor" de la villa. Actualmente, entre sus soportales podréis probar ricas tapas en alguno de sus bares con terraza.
La plaza del Mercado acoge la concatedral de Santa María la Redonda, terminada en el siglo XVIII. El templo sorprende por las dos torres gemelas de origen barroco que dominan el centro histórico. En el interior, destaca un pequeño cuadro atribuido a Michelangelo.
Al final de la calle Portales, donde el centro histórico le da la mano a la parte nueva de Logroño, podréis ver el Arco de la puerta oeste, correspondiente a la Muralla del Revellín (1498-1540), que son los restos de las fortificaciones que tuvo la ciudad.
Por Logroño pasa el Camino Francés de Santiago. Ese día, el tramo que recorre el casco antiguo no estaba muy frecuentado por peregrinos.
Referente al Camino de Santiago, en la calle Marqués de San Nicolás hicimos un alto en la Fuente del Peregrino, construida en piedra en 1675, formada por un arco rebajado entre dos pilares.
Una parada jacobea en el casco antiguo, obligada, es para admirar la iglesia de Santiago. Exteriormente destaca por su imponente fachada barroca, e interiormente por su bello retablo.
![]() Iglesia de Santiago |
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Uno de los atractivos de Logroño consiste en cruzar el río Ebro hasta la orilla izquierda por alguno de sus emblemáticos puentes: Hierro y Piedra. El Puente de Hierro, de 1882, es el más antiguo de la ciudad, el que cruzamos en primer lugar.
Desde la margen izquierda del río (calle Ebro), tuvimos una buena vista panorámica del centro histórico de Logroño, con las torres de las iglesias destacando por encima de la arboleda que jalona al gran río ibérico.
Regresamos al centro histórico cruzando el río Ebro por el Puente de Piedra, del año 1884. También conocido como el Puente de San Juan de Ortega, es uno de los símbolos de la ciudad y paso del Camino de Santiago.