Sausalito |
Referente al coche de alquiler:
Y en cuanto a esta etapa:
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Chevrolet Cavallier |
El último día completo con el Chevrolet dio mucho juego. Por la mañana abandonamos el albergue de Saratoga y enfilamos hacia el centro de San José, ciudad que se vende a sí misma como la capital de Silicon Valley. Paseamos por el centro, visitamos una biblioteca y luego partimos hacia el norte de la bahía.
En Palo Alto, desfilamos frente a las fachadas de algunas empresas tecnológicas y a mediodía nos detuvimos en la universidad de Stanford, célebre por acuñar cerebritos de la talla de Bill Gates (vimos el edificio donde él estudió).
Universidad de Stanford |
Iglesia Memorial. Stanford |
Almorzamos a buen precio en uno de los restaurantes de Stanford y a continuación partimos hacia San Francisco por la autovía 280.
A media tarde alcanzamos el barrio de Potrero y poco después nos deteníamos en el muelle 41 del puerto Fisherman. En las taquillas adquirimos dos billetes para visitar Alcatraz (nos dieron para el día siguiente), isla ubicada en la boca de la bahía, y que teníamos a la vista en ese instante.
Acto seguido marchamos a recorrer con el coche algunas calles famosas de la ciudad. En Russian Hill bajamos por el tramo más sinuoso de la calle Lombard (Crookedest Street).
Calle Lombard |
Calle Lombard |
En lo más alto de Russian Hill detuvimos el coche para tomar esa foto de postal en la que aparece el tranvía con el mítico trasfondo de la isla de Alcatraz.
Calle Lombard |
Colina Rusa |
Y en la otra punta de la calle Lombard, nos asomamos a la colina del Telégrafo, un estupendo mirador desde el que poder contemplar el puente de Oakland y parte de la bahía de San Francisco. Fue una pena que empezara a anochecer.
Colina del Telégrafo desde Lombard |
Puente de Oakland |
Al anochecer cruzamos el puente Golden Gate hasta Sausalito, en el norte de la bahía, con parada en el mirador del puente.
Al oeste de Sausalito, entre las suaves colinas que se alzan en el tramo más angosto de la bahía de San Francisco, localizamos el Hostel Marin Headlands, nuestra humilde morada para esa noche. El lugar me pareció maravilloso, estaba limpio, no había goteras, incluía sábanas en la tarifa de 20$, y en todo momento estuvo amenizado con interesantes tertulias protagonizadas por peculiares viajeros.
A primera hora de la mañana, arrancamos el Cavalier y nos dirigimos a Sausalito, encantador pueblo pesquero ubicado al norte de la bahía. Tomamos el desayuno junto al mar, entre lujosas casitas flotantes con embarcadero y edificios de dos plantas, tipo apartamento.
Sausalito |
Sausalito |