Misión S. Carlos Borromeo. Carmel |
Referente al coche de alquiler:
Y en cuanto a esta etapa:
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Chevrolet Cavallier |
La tarde del día anterior habíamos partido de Yosemite sin saber muy bien dónde íbamos a pasar la noche. Llegamos a la península de Monterrey pasadas las diez. Los moteles eran caros, pero afortunadamente, en Seaside, dimos con el motel Sand Castle. Situado en el 1011 de la avenida de La Salle, el precio de la habitación nos costó 45$.
Ese día, tras tomar un bocado en el motel y cargar las maletas en el coche, partimos hacia el sur de la península de Monterrey.
Nos detuvimos en Carmel, una de las pocas poblaciones norteamericanas que vive ajena al modernismo: sin restaurantes de comida rápida, sin grandes superficies...
Playa de Carmel |
Playa de Carmel |
Primeramente nos acercamos hasta la playa, jalonada de pinos, casas bajas y de un coqueto paseo marítimo. A finales de los noventa, Clint Eastwood era alcalde de la ciudad, lo cual no se entiende. Qué manía tienen los actores norteamericanos en mezclar su profesión con la polítia. Se creen los reyes del mambo.
Posteriormente realizamos una visita —obligada— a la misión de San Carlos Borromeo, para lo cual tuvimos que coger el coche.
Misión San Carlos Borromeo |
Misión San Carlos Borromeo |
Mandada construir por el mallorquín fray Junípero Serra, esta misión es una de las más grandes e importantes de todas las que los españoles fundaron en toda California —en total fueron 27 o 28 misiones—. En su interior vimos el féretro del célebre fraile, considerado como el evangelizador de California.
Misión San Carlos Borromeo |
Tumba de Junípero Serra |
Visto Carmel, montamos en el coche y enfilamos hacia la cercana Monterrey. La ciudad se fundó en 1770 por una cuadrilla de españoles y fue la primera capital de California hasta el año 1889.
El casco viejo no defraudó nuestras expectativas. Después de pasear por el puerto y de ver un numeroso grupo de focas, fuimos a parar a la plaza de la Aduana, presidida por la Casa de la Aduana, que alojaba la oficina turística.
Puerto de Monterrey |
Muelle Municipal |
Almorzamos en el muelle Fisherman y, bajo un fuerte aguacero, penetramos en la Ciudad Vieja. Pasamos por las calles Pacífico y Alvarado, para contemplar edificios coloniales como la Casa Serrano, la Casa Jimeno, la Casa de la Torre y la Casa Estrada.
A media tarde visitamos uno de los edificios más antiguos de la ciudad, la Real Capilla del Presidio —no confundir con la cárcel del Presidio, que queda en la otra punta del pueblo—, en cuyo interior se oficiaba una misa en castellano.
Muelle Fisherman |
Muelle Fisherman |
Partimos de Monterrey con la puesta de sol, aunque este no lo vimos debido a la fuerte tormenta que asoló toda la bahía. Queríamos dormir cerca de San José, en algún albergue juvenil. Y el elegido fue el hostel Sanborn Park de Saratoga. Llegamos a él bajo un fuerte aguacero, circulando por una carretera (nº 9) que serpenteaba entre un espeso bosque. El precio por cama era de 15$, sin desayuno, e incluía enormes goteras que caían del techo sobre improvisados cubos que habían dispuesto entre las literas. En fin, esta fue la consecuencia de haber elegido un lugar económico (en San José la habitación de los moteles más baratos no bajaba de 60$).