Estación de Queralbs |
La estación del Cremallera de Ribes-Vila da servicio al centro de Ribes de Freser. Se encuentra a 940 metros de altitud y en su interior aloja el Museo del Ferrocarril, de acceso gratuito. Su visita amenizó la llegada del tren de Nuria.
En el museo se exhiben viejas locomotoras de vapor, eléctricas, y vagones que ya no prestan servicio. Varios audiovisuales muestran cómo se construyó la línea o cómo funciona el engranaje de la vía.
El tren Cremallera parte de la estación de Ribes de Freser Enlace (compartida con Renfe), a 905 metros de altitud, y diez minutos después se detiene en Ribes-Vila, estación situada a 940 metros que da servicio al municipio.
Partimos de Ribes a las 10:36, sentados muy cerca de la cabina de conducción, requisito indispensable si queréis levantaros para ver la vía y seguir con antención el ascenso por la montaña.
El tramo de vía hasta Queralbs funciona sin el sistema de cremallera, pues la pendiente todavía no es muy pronunciada. Aquí el tren avanza a gran velocidad.
Unos metros antes de llegar a la estación de Queralbs el convoy se engancha al sistema de cremallera. Os daréis cuenta porque el tren se mueve muy lentamente.
En Queralbs estuvimos detenidos varios minutos, aguardando a que descendieran de Nuria dos convoyes. Es lo que ocurre cuando sólo hay una vía para los dos sentidos de la marcha.
Durante la espera me acerqué al vidrio que separa la cabina de conducción de la zona de asientos. Ver la vía desde esta posición auguraba buenas sensaciones para la parte final del trayecto, la más espectacular.
A partir de Queralbs viene el tramo más empinado y escarpado de la ruta, con cornisas de infarto que se despeñan en vertical hacia el fondo del valle de Nuria. Sorteamos esta pétrea barrera por el interior de varios túneles.
El tren cruza a la otra orilla del valle por un puente metálico que salva las agitadas aguas del río Nuria y atraviesa una zona protegida por un túnel antiavalanchas.
Vemos a numerosos senderistas que recorren la senda GR-11, que yo ya realizara años atrás, y que constituye la forma alternativa al ferrocarril para alcanzar el santuario de Nuria.
El ascenso continúa a buen ritmo, siempre enganchados al engranaje de la vía. Finalmente, tras sortear un largo túnel en curva, aparece a nuestra izquierda el Santuario y el lago de Nuria.
Unos minutos después alcanzamos la estación de Nuria, situada a 1.964 metros de altitud. En el andén somos recibidos por un curi-oso anfitrión.