La Torre del Tostón es una pequeña fortificación defensiva construida en 1743, de planta circular y aspecto achatado, utilizada para defender la costa de los ataques piratas.
Se accede a la torre mediante unas breves escaleras de cantería y un puente levadizo de madera. Se puede subir a lo alto y comprobar la visibilidad que tenía la guardia sobre el litoral.
Hoy en día, la torre alberga exposiciones temporales y es un centro de interpretación sobre la historia local, lo que la convierte en un lugar interesante para aprender sobre el pasado de El Cotillo y su papel en la defensa de la isla.
La torre se ha convertido en un símbolo del pueblo. Se encuentra en lo alto de un acantilado que ofrece vistas espectaculares del mar y la costa. Hacia el sur destaca la Playa del Castillo, de arena dorada y grandes olas. Es perfecta para quienes disfrutan del surf y otros deportes acuáticos.
A pocos pasos de la torre del Tostón, en torno al Puerto Viejo de El Cotillo, podréis ver los restos de diversos hornos de cal, un testimonio de la antigua industria calera de la isla.
Los hornos desempeñaron un papel fundamental en la economía local durante los siglos XIX y XX, cuando la cal era un material esencial para la construcción.
Cuando alcancéies las casas del pueblo veréis el cartel publicitario de El Cotillo. Aquí se encuentra el Mirador de los hornos, que brinda una fabulosa panorámica del puerto y los hornos de cal.
El Cotillo es un antiguo pueblo de pescadores, y su Puerto Viejo conserva ese encanto tradicional. Pasear por esta zona es una forma de descubrir la esencia del pueblo, con pequeños barcos pesqueros, restaurantes locales y una atmósfera relajada.
En los restaurantes podréis disfrutar de la gastronomía local, especialmente mariscos frescos y platos típicos como el pescado a la plancha, las papas arrugadas con mojo y el queso majorero.
En la calle de la Caleta, junto al Mirador de los Hornos, tenéis El Roque de los Pescadores y el bar Aguayre, el restaurante que elegimos nosotros. El plato de pulpo con patatas estuvo a la altura.
Si camináis por la calles del pueblo daréis con El Muellito, la zona portuaria más antigua de El Cotillo. Junto al antiguo muelle, rodeada de casitas blancas, se localiza una estrecha playa de guijarros.
La Playa de la Concha (o Playa de los Lagos) y su vecina Playa de Marfolín —de la que dimos buena cuenta—, son de las más populares de El Cotillo. Son famosas por sus aguas cristalinas y tranquilas, ideales para nadar y relajarse.
Ambas playas están rodeadas de lagunas naturales formadas por lava volcánica, lo que crea una protección natural contra el oleaje.
Unos cuatro kilómetros por la carretera de la costa separan El Cotillo del Faro del Tostón, erigido en el extremo noroccidental de Fuerteventura.
El Faro del Tostón tiene las típicas franjas de los bastones de caramelo. Está situado en una playa volcánica, con un museo y diversas sendas que permiten apreciar la peculiar geología de la zona.
El enclave es ideal para hacer fotografías y disfrutar del oleaje del mar. Si miráis hacia el norte podréis ver la costa sur de Lanzarote, con las casas blancas de Playa Blanca en primer término.