Esta larga ruta en coche por el Parque Rural de Betancuria comienza en la localidad de Antigua. Partimos en dirección a Betancuria y, poco después de incorporarnos a la carretera FV-30, nos detuvimos en el cruce que lleva al Mirador de Morro Velosa.
Desde el Mirador de Morro Velosa, diseñado por el famoso arquitecto César Manrique, se puede disfrutar de unas vistas impresionantes de las montañas y el valle de Betancuria. Es uno de los mejores puntos para apreciar la extensión y la belleza del parque, pero ese lunes estaba cerrado y nos ahorramos el trasiego por la estrecha y empinada carretera. Otra vez será.
Unos pocos metros más adelante, al salir de una curva, nos detuvimos en el Mirador Corrales de Guize, uno de los más destacados del parque rural.
Situado a 600 metros de altitud, el mirador permite disfrutar de las vistas (volcanes, colinas, barrancos...), y posee carteles explicativos sobre la formación geológica del norte de Fuerteventura.
Esta parte del parque destaca por su paisaje montañoso formado por antiguos volcanes y valles profundos. Algunas de las montañas más altas de Fuerteventura, como la Montaña de Betancuria y la Montaña de La Atalaya, se encuentran en esta zona.
Pero si debemos destacar una cosa del mirador son las dos estatuas de reyes guanches, que muestran la grandeza, nobleza y el poderío de los aborígenes antes de la conquista normanda.
Uno de los lugares más emblemáticos del parque rural es el Barranco de las Peñitas, cuyas casitas blancas se asoman a un paisaje único con formaciones rocosas impresionantes, palmerales y un arroyo que fluye de forma estacional.
La aldea del Barranco de las Peñitas se localiza a unos cinco kilómetros de Betancuria. Merece la pena detenerse aquí para admirar la iglesia de Nuestra Señora de la Peña, ya que alberga la imagen de la patrona de Fuerteventura.
Las fiestas de la Virgen de la Peña tienen lugar cada septiembre. Peregrinos de Betancuria y de toda la isla acuden a la zona para participar en esta festividad religiosa.
A unos 8,5 kilómetros de Betancuria se localiza el Mirador de las Peñitas, que brinda un paisaje de montaña árido y escarpado. Aquí se puede contemplar el resultado de la deforestación y el sobrepastoreo que sufrió la isla hace 500 años.
Desde el mirador se puede ver el barranco de las Peñitas y la Presa de las Peñitas, construida con fines agrícolas en 1943, y que en pleno agosto no tenía ni una sola gota de agua.
Situado a unos dos kilómetros del Mirador de las Peñitas, a 426 metros de altitud, se encuentra el Mirador del Risco de las Peñas, una hermosa atalaya con vistas de la serpenteante carretera FV-30 y de la parte baja del parque rural.
Este mirador dispone de una buena zona para aparcar y tiene el aliciente de estar situado en la separación de los municipios de Pájara y Betancuria.
Entre la fauna que caracteriza al parque destacan el cernícalo y el guirre —una especie de alimoche en extinción—, pero esa tarde sólo vimos cuervos y ardillas morunas danzando en busca de comida.
Al final de la carretera FV-30 fuimos a parar a Pájara, la capital del municipio homónimo, uno de los más grandes y diversos de la isla.
En Pájara se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de Regla. Este es el principal monumento histórico del pueblo, con una fachada peculiar de estilo mudéjar, decorada con detalles inspirados en las culturas azteca e inca. Su origen en el siglo XVII la convierte en uno de los edificios religiosos más interesantes de Fuerteventura.
Frente a la iglesia y el Ayuntamiento se puede ver la Noria de Pájara, compuesta por una rueda con recipientes en su perímetro, que se utilizaba para extraer agua de pozos u otras fuentes subterráneas.