El 60% del término municipal de Roses está incluido en el ámbito del Parque Natural del Cabo de Creus, esto dice mucho de la situación privilegiada en la que se encuentra la villa, rodeada de montañas al norte y de una extensa bahía arenosa al sur.
Mar y montaña atraen cada año a Roses a miles de turistas, si bien en 2020, con el Covid-19 haciendo de las suyas, la presencia de franceses en la zona cayó en picado.
El paseo Marítimo de Roses une la zona de hoteles con el centro histórico, núcleo levantado a partir del siglo XVII. El paseo está presidido por una larga playa de arena, y es ideal para recorrerlo a pie o en bicicleta.
Al final del paseo Marítimo, al otro lado del puerto, se encuentra en castillo de la Trinitat, una fortaleza construida en el siglo XVI para defender la bahía de Roses. El edificio, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, ha sido restaurado y se puede visitar su interior.
El centro histórico de Roses, como ocurre en otros pueblos de la Costa Brava, invita a recorrerlo de forma tranquila. Estrechas callejuelas plagadas de tiendecitas llaman la atención de los turistas.
Caminando por el entramado de calles descubrimos la iglesia de Santa María, construida en 1796 en estilo neoclásico. Su fachada y el campanario son sus puntos destacados, y el interior alberga un bonito retablo.
Una estancia en Roses no se entiende sin la visita a su Ciudadela, un edificio que a lo largo de los siglos ha reunido vestigios de diferentes ocupaciones.
Declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1961, la fortificación militar, con la monumental Puerta de Mar, es un recinto de estilo renacentista construido en 1543.
La Ciudadela es un complejo arqueológico y monumental que abarca restos de diferentes épocas, desde la época griega hasta el Renacimiento.
La Ciudadela es muy grande. En el interior encontraréis las ruinas de una colonia griega, una villa romana, una iglesia visigoda y la impresionante fortaleza renacentista. Nosotros la recorrimos en el sentido de las agujas del reloj, siguiendo el trazado de la Muralla Medieval.
Siguiendo el trazado de la vieja Muralla Medieval veréis varios restos de edificios militares pertenecientes a la última ocupación de la Ciudadela (siglo XVI): cuartel de caballería, Puerta de Tierra, cuarteles de Infantería...
En la Ciudadela llama la atención el monasterio románico lombardo de Santa María, construido en el siglo XI. Se encuentra en estado ruinoso, aun así merece la pena dar una vuelta a su alrededor.
Entre el monasterio y la muralla oeste podréis ver diferentes edificios de época visigoda y medieval. Las excavaciones realizadas en la llamada "calle de la Cruz" han sacado a la luz muchas casas.
Si os acercáis a la parte oriental de la Ciudadela, podréis ver los restos de la colonia griega de Rhode, fundada entre los siglos IV y III a.C. Un puentecito de madera os facilitará la visita.
El museo del recinto ofrece una visión detallada de la historia de la ciudad, desde la prehistoria hasta la época más reciente. En su interior veréis una Sala de Exposiciones y piezas recuperadas de los yacimientos.
Cerca de las ruinas griegas podréis acceder al baluarte de Sant Jaume. Por medio de unas escaleras podréis auparos a lo más alto de la Muralla Renacentista. Caminando por ella tendréis una buena panorámica de la Ciudadela.
Los principales hoteles de Roses se encuentran en la línea de costa, pues es allí donde recalan la mayoría de los turistas que buscan sol y playa.
Nuestro alojamiento, el hotel Mediterráneo Park, resultó de nuestro agrado: muy limpio, habitación grande, excelente desayuno, buenas piscinas (una exclusivamente para adultos), muy cerca de la playa...
Roses, con aproximadamente un 60% de su término municipal incluido en el Parque Natural Cabo de Creus, ofrece una amplia gama de paisajes en un entorno natural excepcional.