Si aparcáis el vehículo al oeste del centro histórico, por ejemplo en la avenida de Burgos, tendréis una buena panorámica de dos lienzos bastante completos de la muralla medieval de Santo Domingo.
La muralla original rodeaba todo el casco antiguo. Fue construida en tiempos de Pedro I de Castilla hacia 1367 para protegerse de los ataques de su hermanastro Enrique II de Trastamara. Contó con 1.670 metros de muro y dos metros y medio de espesor. Además, llegó a tener hasta 38 torres de 12 metros de altura y 7 puertas de entrada a la ciudadela.
El Camino de Santiago recorre Santo Domingo por su empedrada calle Mayor, que está trazada de este a oeste. Accedimos a ella por la puerta abierta en la muralla oeste (avenida de Burgos) y muy pronto aparecieron las primeras casas solariegas, como la Casa Martínez de Pisón, mandada edificar hacia 1633.
![]() Calle Mayor |
![]() Casa Martínez de Pisón |
Unos metros más adelante vimos la Casa de los Ocio, edificio barroco construido hacia 1652, y la Fundación Gustavo Bueno, que realiza cursos bajo los auspicios de la Universidad de La Rioja.
![]() Casa de los Ocio. Calle Mayor |
![]() Fundación Gustavo Bueno |
Antes de alcanzar la plaza del Santo desfilamos por la fachada de la Casa de las Antiguas Carnicerías. El edificio es de 1587, pero no se utilizó como carnicería hasta 1759. Actualmente es un centro de coordinación de servicios.
En el corazón del centro histórico, en la parte intermedia de la calle Mayor y pegada a la Catedral, se localiza la plaza del Santo, que era el centro de la antigua vida de la ciudad.
En la plaza se encuentra la Torre Exenta de la Catedral y el Antiguo Hospital de Peregrinos, de finales del siglo XV, que actualmente acoge uno de los dos Paradores Nacionales con que cuenta la ciudad.
Otro edificio importante que podéis ver en la plaza del Santo es la ermita Virgen de la Plaza, un edificio gótico del siglo XVI, aunque la fachada es barroca del siglo XVIII.
La calle del Cristo une la puerta norte de la muralla con la plaza del Santo. En ella se encuentra la entrada turística a la Catedral y el Palacio del Secretario de Carlos V, del año 1544. La fachada es un buen ejemplo de arquitectura renacentista.
Si visitáis la Catedral, como fue nuestro caso, y salís por la calle del Cristo, podéis continuar vuestro paseo por el casco viejo abordando la plaza de España, creada con la construcción de las murallas del siglo XIV.
El Ayuntamiento de Santo Domingo es una obra barroca de hacia 1750. En la planta baja presenta nueve arcos adosados a los restos de la primitiva muralla del siglo XIV y en su parte central exhibe un hermoso escudo de los Borbones.
En una esquina de la plaza, pegada al Ayuntamiento, se localiza la Alhóndiga, un antiguo almacén y venta de grano. En la fachada podréis ver un escudo de Castilla y León del siglo XIV que estuvo en una de las puertas de la muralla.
La Alhóndiga se construyó en 1763. En la planta baja del edifcio se sitúa la Cárcel Real, prácticamente intacta desde su construcción. Estuvo en uso hasta mediados del siglo XX.
En la calle Mayor, a la altura de la plaza de la Alameda, se localiza la Casa de la Cofradía de Santo Domingo, mandada edificar hacia 1556 por el corregidor de la ciudad, Diego de Ocio y Vallejo.
Desde 1968 el edificio es Albergue de Peregrinos y sede de la cofradía asistencial más antigua del Camino de Santiago, fundada por Santo Domingo de la Calzada en el siglo XI.
Si camináis unos metros hacia el este por la calle Mayor, veréis el Palacio del Marqués de Fuerte Híjar, un edificio civil barroco de mediados del siglo XVIII con patio interior. En el primer piso de la fachada se aprecian tres balcones volados en piedra con moldura y dos escudos en alabastro.
El último edificio importante que contemplamos en la calle Mayor fue la Abadía Cisterciense, fundada en 1610 para acoger a una comunidad de monjas cistercienses. En la antigua casa del capellán se encuentra el Albergue de Peregrinos. En su interior destaca el retablo mayor, del siglo XVIII.
La plaza Porticada de la Alameda era el lugar del mercado donde los hortelanos vendían sus productos y bajo cuyos soportales se resguardaban de la lluvia y el sol.
La fuente de la plaza fue mandada construir por el corregidor Fernández de Ocampo para abastecimiento de la población en 1799. Las encinas que pueblan la plaza recuerdan el antiguo bosque que se extendía por todo el término municipal.