Esta ruta circular, con inicio y final en la carretera N-332a comienza en el puente del río Amadorio, cauce que en marzo llevaba bastante agua.
En la margen derecha del río se encuentran los restos del Molino Real de la Llobeta, del siglo XVII, que prestó servicio hasta comienzos del siglo XX.
Desde el centro del puente, si os fijáis en la margen izquierda del río, veréis algunas casas de coloridas fachadas. Se les conoce popularmente como las "Casas Colgadas de Villajoyosa".
Junto al puente del río Amadorio comienza el núcleo urbano de Villajoyosa, compuesto por estrechas y largas calles que unen la antigua carretera Nacional con el mar.
Calle Fray Posidonio |
Plaza de las Moreras |
A través de la angosta calle Fray Posidonio nos sumergimos de pleno en el corazón de la villa. Y a la altura del Ayuntamiento dimos con la pequeña plaza de las Moreras, si bien en la placa figura el nombre de Miquel Ruiz.
Ayuntamiento. Calle Mayor |
Calle Mayor |
Dicen que, bajo el reinado de la Corona de Aragón, se bautizó al municipio como "Villa Joyosa" para atraer repobladores. Poco o nada queda del antiguo núcleo íbero y romano.
Detalle de un portal. Calle Mayor |
Calle Costereta |
Antes de llegar al mar pasamos por calles donde los edificios derruidos dejaban entrever basura y grandes solares llenos de escombros, mostrando así la peor cara de la villa. Menos mal que en la calle Sant Pere la cosa fue a mejor.
En la calle Sant Pere, en una improvisada plaza abierta tras el derrumbe de varias casas, apareció en la fachada de un edificio un enorme mural, que lleva por nombre "Arte Marinero Tatuado".
Feas y negras nubes fueron cubriendo el cielo mientras recorríamos una parte del centro histórico. Finalmente, la lluvia hizo acto de presencia cuando abordamos el paseo Marítimo a la altura de la calle Arsenal.
El símbolo de Villajoyosa son las pintorescas fachadas de colores vivos de las casas del barrio del Arsenal. Habiamos visto unas cuantas de bajada a la playa, y en el paseo Marítimo vimos más.
Según cuenta la tradición, los marineros pintaban las casas con colores chillones (rojos, azules, amarillos, verdes...) para poder distinguirlas desde el mar. Vamos, que las usaban como si de un faro se tratara.
Habíamos visto las casas desde el paseo Marítimo, y he de reconocer que la mejor vista panorámica de las casas de colores, con las palmeras en primer término, se obtiene desde la playa.
Villajoyosa es uno de los conjuntos históricos mejor conservados de la Comunidad Valenciana. A ello ha contribuido la forma de parrilla de sus calles, típica de la Reconquista.
Calle del Hort |
Calle Sant Agustí |
La costera o cuesta de la Mar es la bajada histórica a la playa. Aquí se pueden ver las murallas medievales construidas hacia 1550, en el lugar que ocuparon las anteriores, que fueron destruidas por los corsarios.
Lo que más me llamó la atención de las murallas fue su perfecto estado de conservación. La base es inclinada para resistir mejor los cañonazos.
En las torres de la muralla hay una cámara con cañoneras o ventanas para sacres. Estos cañones disparaban balas de unos 4 kilos y 8 centímetros. El ábside de la iglesia-fortaleza funcionaba como torre mayor.
Torre de la muralla |
Torre de la muralla e iglesia |
No se puede acceder a la plaza de la Iglesia desde la muralla. Para alcanzarla es preciso pasar por la Carretera Nacional y por la calle Mayor. El rodeo mereció la pena.