Una carretera en buen estado, y un tanto estrecha en la parte final, une Callosa d'en Sarrià con las Fuentes del Algar. El estacionamiento suele ser de pago, en terrenos privados, aunque si vais entre semana o en temporada baja, podréis estacionar de forma gratuita.
Antes de llegar a las Fuentes os sorprenderá la abundancia de restaurantes (hay 15) y tiendas de regalos que se han instalado a ambos lados de la carretera. Es lo que ocurre cuando un lugar es muy frecuentado por turistas. Algunos restaurantes cuentan con magníficas piscinas, que harán las delicias de grandes y pequeños.
Un estrecho camino trazado en la margen izquierda del río Algar, por el que fluye una pequeña acequia, os conducirá al acceso principal de las Fuentes del Algar.
Una vez paséis por la taquilla y abonéis la entrada (4€ los adultos y 2€ los niños), accederéis a la Font de Moro, la primera balsa del río Algar que veréis en el circuito (cuando el calor aprieta es ideal para darse un baño).
Desde la Font de Moro podréis contemplar el Toll de la Caldera, una espectacular cascada de algo más de 10 metros de altura, donde el río Algar saca músculo.
La cascada de la Caldera es uno de los rincones más fotografiados de la Reserva Natural. Es lógico, porque se trata del salto de agua más alto de todos los que veréis en el circuito.
Toll de la Caldera |
Toll de la Caldera |
Un puente de madera salva las aguas en la Font de Moro. Lo cruzaremos para alcanzar la margen derecha del río Algar. Aquí nos aguarda una larga y empinada escalera de piedra, que deberemos subir si queremos alcanzar la parte suprior de la cascada de la Caldera.
La palabra catalana "toll" significa balsa. El río Algar, en las Fuentes, forma unas cuantas balsas (de aquí vendría el topónimo de Callosa). Y una de las más profundas es el Toll Blau, ubicado en la parte superior de la cascada de la Caldera.
El río Algar sólo tiene 17 km de longitud y el agua siempre fluye de forma abundante. Por eso, desde tiempos pretéritos, el hombre ha tratado de sacarle provecho al río, construyendo acequias y una presa (que nunca se ha utilizado y que forma el Toll de la Presa).
A partir del Toll de la Presa, una vez superada la caseta de los aseos, continuaremos el ascenso por la margen izquierda del río, que ya no dejaremos hasta alcanzar el final de la ruta.
En este punto veremos el Toll de la Figuera, un remanso de aguas cristalinas que en verano resulta ideal para el baño de los más pequeños.
Las Fuentes son populares por su agua fría y transparente, propiedades indicadoras de su pureza y que hacen de este un entorno singular. Las pozas de agua, los "tolls", con el aporte constante de agua, son uno de sus principales atractivos.
A partir del Toll de la Parra la senda se estrecha y atraviesa una zona espesa de vegetación, con troncos y ramas de árboles obstaculizando el avance. Esta es la zona más complicadilla del circuito.
Y al final de la senda, junto a un conjunto de grandes bloques de piedra, alcanzamos el estrecho/estret de Sacos, el punto exacto donde el río Algar nace. Aquí, entre altas y estrechas paredes rocosas, el agua fluye mansa, bajo un silencio sólo interrumpido por el graznido de algún ave.
Entre mediados del siglo XIX y XX se desarrollaron diferentes proyectos para la construcción de una presa y de un gran canal para conducir las aguas del río Algar hasta Alicante.
La oposición y continua defensa de este paraje por los vecinos de Callosa d'en Sarrià detuvo estos proyectos que, de haberse ejecutado, hubieran acabado con su extraordinaria belleza natural.
El Gran Canal, que nunca ha llevado agua y que discurre por la margen izquierda del río Algar, constituye la salida de las Fuentes. A través de él, antes de salir, podréis alcanzar el Arborétum, un jardín de flora típica del clima mediterráneo.