En la parte intermedia del sendero PRG-170, junto a la rotonda de Barrantes (autovía AG-41), se encuentra el aparcamiento que da acceso a la senda del la Aldea Labrega o de los Molinos de Meis, que forma parte de la Ruta de la Piedra y el Agua.
La ruta se puede realizar en ambos sentidos, aunque si se inicia en el monasterio de Armenteira, el propio descenso que practica el río facilita su recorrido.
El recorrido atraviesa bosques de robles, castaños y alisos, proporcionando sombra y un entorno fresco. El sonido del agua corriente y las pequeñas cascadas os acompañarán a lo largo del trayecto, creando una atmósfera tranquila y relajante.
A lo largo del camino, el río Armenteira está bordeado por antiguos molinos de piedra restaurados, que muestran cómo se utilizaba la fuerza del agua para moler el grano. El primero que apareció en escena fue el molino Sándaro.
Los molinos suelen estar cerrados todo el año. Ahora bien, si os asomáis por alguna ventana podréis ver el viejo mecanismo.
La senda, apta para realizarla con cochecitos de bebé, discurre en todo momento junto al río Armenteira. Unas veces por su margen izquierda y otras por la derecha.
Todos los molinos de la ruta tienen nombre, entre los que podemos mencionar: molino do Crego, molino da Bouza, molino do Souto, molino da Ponte, molino de Regueira, molino Mentado, etc.
Tras pasar junto al molino Mentado, nos detuvimos frente al lavadero de Laxe, realizado con piedra de sillería de buena calidad. Tiene una sola cara con losas inclinadas para poder lavar.
A pocos metros del lavadero se halla el molino Gurete, conocido también como Cuco. Se trata de un molino grande de tipo canal, de planta rectangular.
Si hacéis esta ruta en verano (no fue el caso), podréis refrescaros en las pozas de las cascadas y en los remansos que forma el río. Es un aliciente para aquellos que no empaticen con la arquitectura del lugar.
A lo largo del río, encontraréis antiguos puentes de madera que cruzan el agua y añaden encanto al recorrido. Son ideales para tomar fotos y realizar un descanso.
A partir del puente de madera, la senda se aparta del cauce principal y sigue del curso proveniente de la Aldea Labrega. Veremos una sucesión de molinos de tipo canal: Capelo, Gaiteiro, Casa, Currucho, Montiño, Pino y Carballo.
Este conjunto de molinos pertenecientes a la Aldea Labrega se conoce como los molinos de Meis. Y todos se caracterizan por ser de planta rectangular, fabricados en cachotería irregular y cubierta a dos aguas de teja curva del país.
El molino del Capelo tiene grabada una cruz en el dintel de la entrada y actualmente se ha reconvertido en los aseos del área recreativa que hay en las cercanías.
El área recreativa de la Aldea Labrega, un espacio habilitado como merendero y zona de descanso, supuso el final de nuestra ruta por el río Armenteira. Se localiza en un entorno envidiable a orillas del río, y fue ideal para relajarnos antes de emprender el camino de vuelta.
La segunda jornada en las Rías Baixas transcurre al norte de la ría de Pontevedra. Veremos la ciudad de Pontevedra, Poio, Combarro y, en el interior, Meis y sus molinos.